La actividad intelectual ha sido siempre una dimensión fundamental de la misión de la Compañía de Jesús. Ignacio de Loyola, quien vivió en tiempos difíciles para la Iglesia a causa, entre cosas, de la pobre formación de los sacerdotes, destacaba la importancia de los estudios, del conocimiento del mundo y de la difusión del saber cristiano. Por ello la actividad intelectual está presente en la vida de todo jesuita, en su tiempo de formación pero también a través de lo que llamamos “formación permanente”.

Nuestra misión intelectual

Pero además, hay jesuitas que consagran su actividad apostólica a la misión intelectual, es decir, al estudio, a la reflexión y a la generación de conocimiento. Algunos lo hacen desde el medio universitario, otros desde el acompañamiento de colectivos laicales, y otros desde la inserción en realidades culturales cuyas riquezas y desafíos requieren sistematización y difusión.

En el Perú contamos con una rica tradición de intelectuales jesuitas, como el naturalista José de Acosta, el cronista Blas Valera, los lingüistas Diego Gonzáles Olguín y Antonio Ruiz de Montoya, el pensador americanista Juan Pablo Vizcardo y Guzmán, y más recientemente, el historiador Rubén Vargas Ugarte, el antropólogo Manuel Marzal y el filósofo Felipe Mc Gregor.

El intelectual jesuita es  ante todo un hombre de escucha y de diálogo, un hombre abierto tanto a la tradición como a la novedad encarnada fundamentalmente por las inquietudes de la juventud. Te invitamos a descubrir nuestro trabajo en el Perú y a dialogar con nosotros.

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