El lunes 15 de octubre, el In­for­me a los pe­rio­dis­tas so­bre los tra­ba­jos de los Círculos Menores del Sínodo de los Obispos con­tó con la pre­sen­cia del P. Ar­tu­ro Sosa Abas­cal SJ, Pre­pó­si­to Ge­ne­ral de la Com­pa­ñía de Je­sús; el P. Bruno Ca­do­ré OP, Maes­tro Ge­ne­ral de la Or­den de los Frai­les Pre­di­ca­do­res (Do­mi­ni­cos); el P. Mar­co Tas­ca OFM, Mi­nis­tro Ge­ne­ral de la Or­den Fran­cis­ca­na de los Frai­les Me­no­res Con­ven­tua­les; y Sil­via Te­re­sa Re­ta­ma­les Mo­ra­les, Au­di­to­ra y miem­bro del Ob­ser­va­to­rio So­cio-Pas­to­ral de los Jó­ve­nes (Chi­le).

El P. Arturo Sosa señaló que el tra­ba­jo prin­ci­pal del Sínodo es con­tri­buir al dis­cer­ni­mien­to de los jó­ve­nes en el cam­bio de épo­ca que vive la hu­ma­ni­dad, y que la sesión del lunes 15 buscó hacerlo desde la mirada de los jóvenes y sus contextos. Asimismo, reflexionó la importancia del discernimiento de los signos de los tiempos a la luz de los jóvenes.

En me­dio de una cre­cien­te de­sigual­dad so­cial en­tre paí­ses del mun­do, la fal­ta de vo­lun­tad po­lí­ti­ca, de de­te­ner el de­te­rio­ro del me­dio ambien­te, el de­bi­li­ta­mien­to de la de­mo­cra­cia, que da paso a po­pu­lis­mos in­ge­nuos, na­cio­na­lis­mo dis­cri­mi­nan­tes y per­so­na­lis­mos arbitrarios, y la pre­sen­cia de nue­vos y vie­jos ros­tros de la vio­len­cia, per­mí­tan­me una bre­ve pa­la­bra so­bre al­gu­nos de los sig­nos de los tiem­pos, que des­de la mirada de los jó­ve­nes nos per­mi­ten per­ci­bir la ac­ción del es­pí­ri­tu. El pri­me­ro es la de­ten­ción uni­ver­sal de los procesos de se­cu­la­ri­za­ción, que se vive se­gún los con­tex­tos de cada gru­po hu­mano y avan­za a rit­mos dis­tin­tos se­gún las ca­rac­te­rís­ti­cas de cada so­cie­dad. El se­gun­do signo de los tiem­pos es la con­cien­cia cre­cien­te de es­tar ha­bi­tan­do en un nue­vo mun­do, el mun­do di­gi­tal, que no se limi­ta al desa­rro­llo de las tec­no­lo­gías o a un cam­bio ra­di­cal en las for­mas de co­mu­ni­ca­ción, sino que su­po­ne una au­tén­ti­ca transformación an­tro­po­ló­gi­ca, cu­yas ca­rac­te­rís­ti­cas y con­se­cuen­cias ape­nas lo­gra­mos ver. El ter­cer signo de los tiem­pos es el fe­nó­meno mi­gra­to­rio, las cau­sas que lo pro­du­cen y el tra­to que re­ci­ben los des­pla­za­dos in­di­ca cuan­to aun de­be­mos ha­cer por los jó­ve­nes y su futuro”, expresó el Superior General.

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(Con información del Servicio de Información Católica)