Compartimos las declaraciones del P. Thomas H. Smolich SJ, Director Internacional del Servicio Jesuita a Refugiados, en apoyo al Pacto Mundial para la Migración Segura, Ordenada y Regular, que fue acordado por todos los Estados miembros de la ONU, con la excepción de Estados Unidos, en la Asamblea General de julio.

El documento expresa preocupación por la decisión de varios países de retirarse del Pacto, a pesar de que no es legalmente vinculante y respeta la soberanía de los Estados para gestionar sus fronteras y sus políticas migratorias. Frente a esta tendencia, la ONU convocó a una conferencia en Marrakech los días 10 y 11 de diciembre, que finalizó con la adopción formal del Pacto por parte de 164 gobiernos. Su aprobación definitiva se producirá el 17 de diciembre.
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7 de diciembre de 2018

El Servicio Jesuita a Refugiados (JRS) hace un llamamiento a los Estados miembros de las Naciones Unidas para que respondan a este momento histórico para las personas refugiadas y migrantes y apoyen los Pactos Mundiales de las Naciones Unidas sobre Refugiados y Migración, ambos en las últimas fases de adopción.

El 13 de noviembre de este año, la Tercera Comisión de la Asamblea General de la ONU aprobó la resolución general que incluía el informe anual de ACNUR a la asamblea y que incluía a su vez el Pacto Global sobre Refugiados. Mientras que 176 países votaron a favor de la resolución, Estados Unidos votó en contra, tres países se abstuvieron y otros expresaron reservas sobre ciertos aspectos de la resolución. Por otra parte, varios países se han retirado de las negociaciones en las que se ha fraguado el Pacto Mundial para la Migración y han señalado que no tomarán parte.

Desde el JRS lamentamos esta tendencia. Todos los observadores coinciden en que la migración es un fenómeno auténticamente mundial, estrechamente interconectado con los problemas de desigualdad en el mundo. La migración a nivel mundial plantea desafíos mundiales y requiere por tanto respuestas mundiales. El proceso que ha conducido a los Pactos Mundiales para la Migración y los Refugiados ha constituido un intento sin precedentes de buscar soluciones entre todos los países del mundo, de manera coordinada. Los textos que tenemos delante son el resultado de dos años de esmeradas negociaciones y consultas. Abandonar el proceso a estas alturas socavaría la confianza que se precisa a nivel internacional para abordar cuestiones tan complejas.

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