Como parte de la conmemoración de los 50 Años del Colegio del Gesù, fundado en 1968 por el P. Pedro Arrupe, se editó un libro con los testimonios de sus antiguos alumnos, recogiendo con esto la vida de más de 850 jesuitas, de más de 80 países, que habitaron en ésta casa. El lanzamiento del libro se llevó a cabo en la Sala de la Asunción de la Iglesia del Gesú y estuvieron presentes jesuitas de la DIR y de la Provincia de Europa Meridional. Allí los PP. Nuno da Silva Gonçalves, Francesco Occhetta y Gia An Cao compartieron sus testimonios como antiguos alumnos del Colegio.

Lo que más destacaron de su experiencia es la interculturalidad, el modo como el Gesú concretiza la universalidad de la Compañía, como dijo el P. Nuno. Aun así, la experiencia tiene grandes desafíos, pues como dijo el P. Cao la interculturalidad exige una gran flexibilidad hasta poder reconocer la propia cultura en la del otro y eso solo puede ser fruto de la amistad. Éste proceso interior es al mismo tiempo un signo social muy importante, pues mientras el mundo eleva muros, en el Gesù se busca de vivir juntos mostrando que sí es posible, afirmó el P. Occhetta.

Los frutos en la propia humanidad son evidentes. Sin embargo, lo más interesante es encontrar que éste proceso ha estado constituido de episodios de gran cotidianidad: los chistes con el hermano Pedro, un partido de fútbol, el atardecer en la Sala Ricci. Son muchos los recuerdos y están vivos, por eso sentidamente dijo el P. Occhetta, “aprendimos que lo que nos mueve no es el deber, sino el profundo agradecimiento a Dios”.

No faltó igualmente el reconocimiento también a la propuesta formativa y a los formadores del Colegio. El testimonio vivo de los hermanos, la sabiduría de los excelentes padres espirituales y el liderazgo de sus rectores colaboraron en la formación de los afectos, en la consolidación de las capacidades académicas, en la profundidad de la fe.

Fue emocionante también el testimonio del valor que tiene la presencia de las habitaciones de Ignacio (Le Camerette) como parte de la Casa. El P. Nuno señaló cómo el espíritu de San Ignacio vive todavía de allí y “atraviesa los muros hasta atravesar los corazones”, es el “alma del Colegio” dijo el P. Cao. De hecho, la intención del P. Arrupe de hacer parte del Colegio la antigua casa donde vivió Ignacio hace visible que en el Gesú se vive en una sola casa, que no entramos a una provincia, sino a la Compañía Universal.

(Con información de la Curia Jesuita en Roma)