Entre los jesuitas que participan en el Sínodo para la Amazonía se encuentra el Obispo del Vicariato Apostólico de Jaén, en el noreste de Perú. Mons. Alfredo Vizcarra sucede a varios compañeros jesuitas que han animado esta región amazónica desde 1946. El vicariato está bajo el patrocinio de San Francisco Javier. A lo largo de las décadas, los jesuitas han apoyado lo que podría llamarse “desarrollo integral” con proyectos que tienen en cuenta en primer lugar a los pueblos, a las poblaciones indígenas de la región, antes que a los intereses económicos de los sectores industriales que ven en la Amazonia una fuente de beneficios. Radio Marañón, la radio del vicariato, persigue objetivos de educación, sensibilización e información que apoyan los valores de las poblaciones locales.

Mons. Vizcarra, como participante en el sínodo especial sobre la Amazonía, participa activamente en los medios de comunicación. Por ejemplo, La Croix (Francia) y choisir (Suiza), después de Radio Vaticano, le dieron la palabra. Pudo retratar las dificultades y los desafíos a los que se enfrentan los pueblos de su región, que se deben en gran medida al choque entre, por un lado, ciertos atractivos del mundo moderno y el dinero y, por otro, la vida de las pequeñas comunidades amazónicas y sus culturas ancestrales. La respuesta de la Iglesia de Jaén es proponer programas de desarrollo más adaptados a la particular relación que los indígenas tienen con la naturaleza. Esto implica una fuerte inversión en educación, especialmente en escuelas regionales de la red Fe y Alegría.

Al comienzo del sínodo, el obispo jesuita dijo que esta reunión es una oportunidad para que la Iglesia Católica llame la atención sobre lo que realmente está sucediendo en la Amazonía. Los temas tratados provienen de la base. La diversidad de los pueblos amazónicos es muy real, pero lo que los une al gran río y a la selva es común a todos ellos. Las personas involucradas en la Iglesia, desde los líderes comunitarios hasta los obispos, se mueven en la misma dirección: apoyar y fortalecer la relación armoniosa entre los seres humanos y la naturaleza y con Dios. En su opinión, la escucha del Espíritu Santo, que puede abrir nuevos caminos, es un elemento clave para el éxito del Sínodo.

Una semana después del inicio de los trabajos, le preguntamos a Mons. Vizcarra qué había aprendido de esta primera experiencia. Aquí está su testimonio.

Al finalizar la primera semana del “Sínodo de la Panamazonía: Nuevos caminos para la Iglesia y una ecología integral”, me gustaría resaltar el camino de universalidad desde la particularidad que está haciendo la Iglesia.

Quizá el símbolo de esta experiencia es la “peregrinación” que dio inicio al Sínodo el día lunes 8 octubre. Estábamos todos reunidos en la majestuosa basílica de San Pedro, parecía que el edificio no encajaba con las vestimentas, las plumas, la barca, los cantos del pueblo de Dios. Se nos pidió que avanzáramos primero los padres sinodales y que detrás viniera el pueblo, como corresponde en un protocolo, por demás ya trastocado. La barca representa a la Iglesia en camino sinodal navegando hacía aguas cada vez más profundas.

En el momento en que el Papa tomó la iniciativa para encabezar a los padres sinodales, el pueblo avanzó junto con él y así fue hasta llegar a la sala Paulo VI, avanzamos todos confundidos, cardenales, obispos, sacerdotes, religiosos, laicos indígenas, todos rodeando al Santo Padre, y todos cantábamos en portugués, español o alguna lengua nativa. Ya estábamos en modo Amazonas. La barca de la Iglesia avanzando con Pedro que abrió las puertas de su casa y de su corazón a los emplumados.

Lo que está sucediendo en las Congregaciones (grupos) es exactamente lo mismo. Es la Iglesia de la Amazonía que está siendo escuchada para escuchar en ella a Dios: “Probablemente los pueblos amazónicos originarios nunca hayan estado tan amenazados en sus territorios como lo están ahora… es un clamor que llega al cielo.” (Papa Francisco a los Pueblos Indígenas en Puerto Maldonado)

En estas aguas profundas tenemos que descubrir los nuevos caminos para la Iglesia y para la ecología integral.

Fuente: Jesuits.global