Las tres estatuillas de madera de la tradición amazónica que fueron entregadas al Papa Francisco durante el Sínodo Amazónico fueron robadas y posteriormente lanzadas al río Tíber. El acto fue grabado por los ladrones desde el momento en que las sustrajeron de una capilla de la Iglesia Santa María de la Traspontina, ubicada a poca distancia de la Plaza de San Pedro. La Iglesia ha sido el punto de encuentro para las tribus autóctonas que participan en el sínodo.

En nombre de la tradición y de la doctrina se arrojó con desprecio una efigie de la maternidad y de la sacralidad de la vida. Se trata de un símbolo tradicional para los pueblos indígenas que representa el vínculo con nuestra “madre tierra” a través de una joven embarazada.

En la editorial de Vatican News, Andrea Tornielli menciona que “a los nuevos iconoclastas, que han pasado del odio a través de las redes sociales a la acción, podría serles útil releer lo que dijo uno de los nuevos santos canonizados hace unos días, el cardenal John Henry Newman. En su Ensayo sobre el desarrollo de la doctrina cristiana, publicado en 1878, sobre la adopción por la Iglesia de elementos paganos, Newman escribió: «El uso de templos y de los dedicados a santos particulares, y a veces decorados con ramas de árboles, incienso, lámparas y velas; las ofrendas ex voto en caso de curación de enfermedades; el agua bendita, el asilo; las fiestas y los tiempos litúrgicos, el uso de calendarios, las procesiones, las bendiciones en los campos, los ornamentos sacerdotales, la tonsura, el anillo utilizado en el matrimonio, el dirigirse hacia el oriente, y en una fecha posterior también las imágenes, tal vez incluso el canto eclesiástico y el Kyrie Eleison: todos son de origen pagano, y han sido santificados por su adopción en la Iglesia»”.

Nadie se atribuyó oficialmente el acto de vandalismo, pero un autor estadounidense llamado Taylor Marshall emitió un comunicado y tuiteó un video del hecho.

“Les informo con gran júbilo: los ídolos de la Pachamama que profanaron a la Iglesia de Santa María Traspontina han sido lanzadas al río Tíber como acto de obediencia hacia Nuestro Señor Salvador Jesucristo en reparación de Su Sagrado Corazón herido por el pecado”, tuiteó Marshall.

Francisco convocó el sínodo para analizar maneras de cuidar mejor la Amazonía y sus pueblos, víctimas de pobreza, explotación y pérdida de viviendas por la minería y la tala ilegal.

Por su parte, La Red Eclesial Panamazónica, REPAM, publicó un comunicado en el que lamenta y denuncia haber sido víctimas en los últimos días de actos de violencia, que reflejan la intolerancia religiosa, el racismo y las actitudes vejatorias que afectan a los pueblos indígenas y demuestran una negativa para construir nuevos caminos para la renovación de la Iglesia.

(Con información de Vatican News y REPAM)