Compartimos el comunicado de la Compañía de Jesús ante el conflicto que se vive en Medio Oriente.
La semana pasada, al dirigirse a su audiencia semanal, el Papa Francisco urgió al mundo a tomar “un solo partido” en la guerra israelí-palestina: el de “la paz”. Y añadió: “La guerra no resuelve ningún problema, sólo siembra muerte y destrucción, aumenta el odio, multiplica la venganza. La guerra borra el futuro”. Invitó a una jornada de ayuno, penitencia y oración por la paz el viernes 27 de octubre, para todos, sea cual sea su religión.
La Compañía de Jesús hace suyo el llamamiento incondicional del Papa en favor de la paz.
La Compañía de Jesús ha estado presente en el corazón del conflicto en Israel-Palestina y en todo Oriente Medio. Los jesuitas han estado profundamente comprometidos en el diálogo con los judíos. Plenamente comprometida con el desarraigo de la enseñanza del desprecio a los judíos, el antijudaísmo y el antisemitismo, la Compañía de Jesús reconoce también los derechos de los judíos en Israel y en cualquier otra parte del mundo. Nunca más los judíos deben ser asesinados, violados, mutilados, torturados, secuestrados y amenazados.
Los jesuitas también han estado profundamente comprometidos en el diálogo con los musulmanes, que constituyen la mayoría de los palestinos, junto con los palestinos cristianos. Están plenamente comprometidos con la construcción de sociedades multiculturales y multirreligiosas en Palestina y en todo Oriente Medio. Participan activamente en la lucha contra la islamofobia y el racismo. Los palestinos tienen derecho a vivir en su patria con dignidad y en paz. Nunca más se debe asesinar a los palestinos, enterrarlos bajo los escombros de sus casas, expulsarlos, matarlos de hambre, castigarlos colectivamente y exiliarlos.
Es hora de decir basta a las matanzas y a la promoción de ideologías que las permiten. Basta de instrumentalizar la religión para proyectos de poder político. Décadas de conflictos violentos no han traído más que la ruina a toda la región y la escalada del odio. La única victoria posible es fruto de la lucha por la justicia y la paz, la igualdad y la reconciliación.
Hoy, en este tiempo de oscuridad y muerte que nos envuelve, hagamos nuestra la invitación a ponernos del lado de la paz.
(Con información de Jesuits Global)