Daniel Lachapelle (26) y Juan Miguel Silva (31) son dos estudiantes jesuitas que fueron compañeros en el Noviciado y este año pronunciaron sus Primeros Votos. Antes de comenzar sus clases en la Universidad Antonio Ruiz de Montoya, colaboraron durante un mes con el equipo de Encuentros SJM. En esta nota, nos comparten sus impresiones de esta experiencia.

Encuentros Servicio Jesuita a Migrantes es un centro social que desde el 2011 brinda asistencia y protección a personas que tienen el estatuto de refugiados, solicitantes de refugio y personas migrantes en situación vulnerable. Actualmente despliega su accionar en Tumbes, Arequipa, Tacna y Lima, siendo esta región donde tiene una mayor presencia.

Daniel y Juan Miguel apoyaron en Lima y de manera específica en el área comunitaria de Encuentros, la cual se encarga de acercar a la población migrante y refugiada a los diversos servicios que están disponibles en la comunidad para su bienestar, asistencia e integración. “Esta área es la primera en tener contacto con los migrantes que llegan a las oficinas buscando orientación en su proceso de regularización”, indica Juan Miguel.

“Nosotros nos encargábamos principalmente de hacer volanteo para difundir dónde y cuándo Encuentros realizaría jornadas comunitarias de atención en temas legales, psicosociales, etc. Hemos apoyado también en orientar a los migrantes, ayudándolos a completar un formulario para registrar sus datos o derivando sus consultas con especialistas”, cuenta Daniel.

“En las jornadas comunitarias se asesora a los migrantes para que accedan a la legalidad que necesitan dentro del país para ejercer derechos como por ejemplo el SIS (Seguro Integral de Salud). Por ello el trabajo del área comunitaria es amplio y está en estrecha coordinación con otras áreas operativas de Encuentros”, precisa Juan Miguel.

Daniel en una de las jornadas comunitarias

Tanto él como Daniel valoran que esta experiencia les haya permitido aprender más sobre el fenómeno de la movilidad humana, el cual no les resultaba completamente ajeno, ya que ambos son migrantes internos y vivían en el norte del país antes de ingresar a la Compañía: Daniel en Piura y Juan Miguel en Chiclayo. Es por ello que buena parte de la ciudad de Lima les resulta todavía nueva, especialmente las zonas periféricas donde hacían difusión de las jornadas.

Salir en búsqueda de los migrantes y aprender a reconocerlos, implicaba romper en el proceso con sus propios prejuicios. Rápidamente se dieron cuenta de que no todos eran venezolanos y no siempre podían distinguirlos por el dejo. Tuvieron además que familiarizarse con aspectos de su cultura y dirigirse a ellos en un lenguaje que les sea fácilmente comprensible. “El gancho era hablarles de operativo en lugar de jornada de legalización, ellos le llaman así”, cuentan.  

Una de las principales satisfacciones de ambos jóvenes durante la experiencia ha sido ser testigos de la gratitud de los migrantes, así como de sus luchas y ganas por salir adelante.  “Tuve la oportunidad de visitar algunas familias beneficiarias. En una de ellas, una señora con dos nietos expresaba su agradecimiento profundo y nos mostraba cómo había mejorado”, narra Juan Miguel. Por su parte, Daniel considera que “son personas que se esfuerzan mucho, tienen carencias, pero la base de su empuje es su propia familia. Son una comunidad muy unida”.

 Si bien son conscientes del desafío que constituye la xenofobia en nuestro país, se quedan con lo gratificante y consolador de ver a un equipo muy humano trabajando de la mano con los migrantes para mejorar sus condiciones de vida. “En la diversidad de nuestras historias y nuestros sueños, podemos encontrar la fortaleza para construir un mañana más justo, unido y esperanzador”, expresa Juan Miguel.

Con el mismo ánimo, Daniel confiesa haber aprendido en Encuentros a ser más empático, más humano y consciente de la realidad que afrontan los migrantes. “Acompañar, servir y defender, esas tres palabras me llevo de Encuentros, una plataforma muy buena para apreciar el trabajo que realiza la Compañía para devolver la dignidad a tantas personas”.  

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