El Consejo Ampliado del Padre General se reunió a principios de setiembre, con la participación de los presidentes de las Conferencias de Provinciales Jesuitas. En el marco de este evento, el P. Agbonkhianmeghe E. Orobator SJ, Presidente de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de África y Madagascar, ofreció la siguiente entrevista.
En su servicio como Presidente de la Conferencia jesuita de África y Madagascar, ¿cuál ha sido, hasta ahora, su principal fuente de «consolación» o de alegría?
Creo que cualquier misión en la Compañía de Jesús es una expresión de confianza. Mi principal sentimiento interior es de gratitud, gratitud a la Compañía por haberme confiado esta misión de servicio al frente de la Conferencia de África y Madagascar. Me consuelan muchas cosas: la vitalidad de la misión de la Compañía en África y Madagascar, la dedicación y desinterés de los superiores mayores, de los superiores locales y de los directores de obras; la gracia de poder colaborar en proyectos comunes, como el Programa de Protección de la Infancia y una nueva Tercera Probación de la Conferencia. Podría añadir el compañerismo entre todos, la amistad y la colaboración con los Presidentes de las demás Conferencias; la energía positiva que surge entre los jesuitas en formación y la dirección positiva que, en general, lleva la Conferencia. ¡Y podría continuar mi enumeración!
En el contexto de su Conferencia, ¿cuáles son los principales retos que se van a presentar durante los próximos meses?
Los desafíos no son nuevos, ni se limitan a unos pocos meses. La Conferencia sigue siendo frágil en términos de experiencia, profundidad y sabiduría. Esto no sorprende en una Conferencia donde la mayoría de los jesuitas son jóvenes y todavía están en formación. También hay que contar con la cuestión de los grandes temas socioeconómicas y políticos que definen y dominan el contexto de nuestra misión en África y Madagascar: temas como la corrupción, los conflictos, la tensión religiosa, la pobreza, la migración, los refugiados, etc. El desafío aquí es cómo generar una respuesta apostólica de manera creativa y eficaz, sin quedar paralizados por la desesperación. Además, yo diría que, como Conferencia, todavía necesitamos desarrollar más nuestras infraestructuras para la comunicación, la colaboración y el trabajo en red.
¿Qué recordará principalmente de su participación en el Consiglio Allargato del Padre General, en relación con el proceso de definición de las Preferencias Apostólicas Universales?
Este es un momento privilegiado en la Compañía. Estoy agradecido por la gracia de formar parte de un Cuerpo Apostólico que discierne bajo el liderazgo del Padre General, que busca encontrar la voluntad de Dios sobre nosotros en los próximos diez años y más allá. La corresponsabilidad en este proceso y en la misión universal de la Compañía es una gracia que aprecio ahora y que seguiré apreciando.
(Con información de la Curia General)