Queridos compañeros y compañeras en la Misión:

Los Provinciales de América Latina, reunidos entre los días los días 6 al 10 de noviembre en el Centro de Espiritualidade Cristo Rei (CECREI) de São Leopoldo, cerca de Porto Alegre, Brasil, les enviamos un saludo fraterno. Compartimos con ustedes la memoria de lo que han sido nuestras conversaciones en este hermoso espacio de las “tierras gaúchas”.

La reunión tuvo tres grandes momentos: el primero con los miembros de los equipos de formación de nuestra Conferencia, el segundo centrado en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales a ser presentadas por la CPAL al Padre General y, el tercero para tratar asuntos varios presentados por el equipo ejecutivo de la Conferencia. Participaron con nosotros los PP Gabriel Ignacio Rodríguez S.J. y Claudio Paul S.J., Asistentes del Padre General para América Latina, el P. David Romero S.J., Delegado del Provincial de Brasil para la preferencia Amazonia, el P. Cris Llanos S.J., Superior Regional de Guyana y Jamaica, y el P. Agbonkhianmeghe Orobator S.J., presidente de la Conferencia de África y Madagascar. Por dificultades de visado, no pudieron acompañarnos los PP. David Pantaleón S.J. (Cuba) y Jean Dennis Saint Félix S.J. (Haiti).

El primer día de nuestra reunión lo dedicamos a participar en el último día del Encuentro de Formadores organizado por la CPAL con los miembros de todas las casas de formación de América Latina y el Caribe. Escuchamos el reporte de los días de trabajo previo (en los que participaron tres Provinciales) sobre el uso de los medios de comunicación y las redes sociales en las casas de formación, y sobre los desafíos comunes para una mayor y mejor integración de lo afectivo-sexual en nuestra vida consagrada; todo eso a partir de valiosos aportes hechos por dos compañeros nuestros: los PP. Kevin Flaherty S.J. (UMI/PER) y Rufino Meana S.J.(ESP). Fue un interesante y enriquecedor encuentro; valió la pena escuchar las inquietudes y logros de los equipos de formación, y compartir la esperanza que todos tenemos puesta en nuestros compañeros más jóvenes. El día terminó con un sabroso y abundante churrasco “gaúcho”, altamente apreciado por todos.

El segundo día de la Asamblea trabajamos los informes de la Presidencia y de los sectores y redes apostólicas, así como de la administración de la CPAL. Nos sigue sorprendiendo el volumen de trabajo realizado y la generosa dedicación de los compañeros del equipo ejecutivo. La tarde la dedicamos a conversar con el P. Rafael Velasco S.J. (ARU), coordinador de la Red Latinoamericana de Parroquias Jesuitas sobre el estado actual, las necesidades y los desafíos de la red. Ya en la noche el P. Juan Carlos Morante S.J., provincial del Perú, nos presentó la situación actual de las investigaciones en torno del asesinato del P. Carlos Riudavets S.J., en agosto pasado, en la Amazonía peruana. Las investigaciones continúan y se espera que desemboquen en el esclarecimiento de lo sucedido y la impartición de justicia.

Comenzamos, luego, un tercer tiempo de nuestra Asamblea: con la valiosa y serena orientación de nuestros hermanos los PP. Álvaro Pimentel S.J. (BRA) y Hermann Rodríguez S.J. nos sumergimos durante casi dos días y medio en el discernimiento de las Preferencias Apostólicas Universales. Este recorrido comenzó con una presentación / análisis de algunos de los grandes desafíos actuales de la humanidad, para lo cual nos ayudó especialmente el P. Inácio Neutzling S.J. (BRA) luego recogimos y consideramos, de manera personal y también en grupos, el recorrido del proceso en las provincias, el examen de las preferencias anteriores, los desafíos actuales y futuros para la Misión de la Compañía, y las preferencias propuestas por cada Provincia. El Padre General nos había solicitado no sólo hacer una sistematización de los aportes de las Provincias sino realizar nuestro propio discernimiento; para ello nos ayudó grandemente la metodología del “diálogo espiritual”: la escucha atenta, abierta e indiferente, de lo que el Espíritu habla a los miembros del grupo que discierne. Fue un recorrido bonito al final del cual formulamos cinco preferencias que serán nuestro aporte al discernimiento de toda la Compañía, y que el Padre General habrá de presentar al Papa, probablemente, en el primer trimestre de 2019. Los enunciados de las cinco preferencias que son fruto del discernimiento de la CPAL son los siguientes:

  1. Migrantes, refugiados, desplazados y víctimas de trata de personas. Nos comprometemos a “acoger, proteger, promover, e integrar a los migrantes, refugiados y las víctimas del tráfico humano” (Discurso del papa Francisco a los participantes del Foro Internacional de Migraciones y Paz, 21/02/2017).
  2. Cuidar la casa común y promover la justicia socio ambiental. Nos comprometemos en la misión de trabajar en la promoción de una ecología integral como expresión del amor misericordioso de Dios hacia toda la creación, con un particular énfasis en la Amazonia y la cuenca del Congo, biomas que interesan de manera preeminente a todo el Planeta.
  3. Formación integral de los jóvenes. Fortalecer nuestro compromiso en la formación integral de los jóvenes a través de los diversos servicios apostólicos de la Compañía, colaborando de manera intersectorial e interprovincial, para promover su liderazgo en la construcción de sociedades más justas y fraternas y de una Iglesia sinodal (cfr. sínodo de la juventud 2018).
  4. Espiritualidad y Ejercicios Espirituales. Ofrecer con más audacia y creatividad la riqueza de nuestra Espiritualidad para ayudar a las personas y las comunidades a salir “del propio amor, querer e interés” (EE.189).
  5. Colaborar en la construcción de un mundo más justo, más democrático y ambientalmente sostenible. Nos comprometemos a formarnos intelectualmente de manera profunda y seria, y a colaborar con otros en la formación de nuevos liderazgos que contribuyan a la construcción de comunidades reconciliadas, más fraternas, y una aldea global más justa y democrática.

En el cuarto día de nuestra asamblea, terminamos la jornada escuchando al P. Orobator S.J., Presidente de la JESAM, quien presentó los desafíos apostólicos y las perspectivas de futuro de las provincias miembros de la Conferencia de África y Madagascar. Por ser una Conferencia con una gran mayoría de jesuitas jóvenes, su principal tarea es la formación. Su presencia entre nosotros: agradable, amiga y provocativa, nos hizo sentir más fuertemente la vocación universal de nuestra misión.

El último día, además de afinar el discernimiento sobre las Preferencias Apostólicas Universales, iluminados por la última carta del Padre General y orientados por el P. Cristián Del Campo S.J. (CHL), lo dedicamos a conversar sobre los aprendizajes alcanzados hasta el momento en la tarea de velar en todos nuestros ministerios por la seguridad e integridad de los menores y adultos vulnerables. Esta cultura del cuidado, forjadora de ambientes sanos y seguros, es un compromiso permanente del cuerpo apostólico para que nuestro servicio tenga credibilidad y sea evangélicamente eficaz.

Durante la 36ª Asamblea de la CPAL hemos tenido particularmente presentes la crítica situación de Venezuela, de Nicaragua y de Honduras; de manera especial ha estado presente en nuestro recorrido el masivo movimiento migratorio de hermanos de varios países de Centroamérica, quienes, con pleno derecho, buscan una salida a la violencia y pobreza que tienen que enfrentar cotidianamente. Nos solidarizamos con estos pueblos, agradecemos a los compañeros y compañeras de la Red de Jesuitas con Migrantes y del Servicio de Jesuitas a Refugiados su generosidad y sus trabajos. ¡Ustedes son el cuerpo apostólico de la CPAL en las carreteras, acompañando al pueblo que sufre! Nos comprometemos a colaborar y seguir acompañando sus necesidades.

Agradecemos a toda la Provincia del Brasil, en la persona del Provincial, P. João Renato Eidt S.J. y a su Socio, el Hno. Eudson Ramos S.J., por su hospitalidad. Agradecemos también a todo el equipo del CECREI que nos recibió y atendió con dedicación inmejorable. El Señor de la Vida y Nuestra Señora Aparecida sabrán recompensar su enorme generosidad.

Fraternalmente en Cristo