Del 13 al 15 de setiembre se realizará un ciclo de conferencias virtuales sobre el Templo de la Santa Cruz (Juli, Puno), construido por los primeros misioneros jesuitas en su labor evangelizadora en estas tierras del altiplano. Esta actividad es organizada y promovida por la Prelatura de Juli, a iniciativa de su Obispo, Mons. Ciro Quispe López.
El evento contará con la participación de destacados ponentes, entre ellos el jesuita historiador P. Adolfo Domínguez SJ, quien inaugurará el ciclo este lunes 13, y el documentalista argentino Sergio Raczko, autor de varios documentales sobre la historia de la Compañía en el Perú y América Latina. Cada conferencia será transmitida en vivo a las 7:30 pm a través de la página de Facebook de la Prelatura de Juli.
Programa completo:
Juli, primera misión de los jesuitas en el altiplano
En octubre de 1566 , el P. General Francisco de Borja, en respuesta a la petición del Rey Felipe II, aceptó enviar jesuitas al Virreinato del Perú. Ya establecidos en estas tierras fundaron en 1568 la primera casa, el Colegio San Pablo de Lima.
Años después, en 1577, aceptaron la invitación del Virrey del Perú, Francisco de Toledo, de hacerse cargo de la doctrina (o parroquia de indios) de Juli, de lengua aymara, la segunda lengua más importante de todo el Virreinato después del quechua.
La doctrina de Juli comprendía el mismo pueblo de Juli y un centenar de pequeños poblados, con un total aproximado de 30.000 habitantes. Abarcaba parte de las provincias de Chucuito (Puno), donde se encuentran el pueblo de Juli (Puno- Perú), e Ingavi (La Paz-Bolivia). Todo ese territorio pertenecía entonces a la Audiencia de Charcas y al Obispado de La Paz.
Los primeros jesuitas que trabajaron en Juli fueron los PP. Diego de Bracamonte, Diego Martínez, y Alonso de Barzana, quienes adoptaron instituciones y costumbres de las antiguas culturas andinas, que en cierta medida aplicaron después en las reducciones: el ayni, la mita en su forma tradicional originaria, la tenencia comunitaria de las tierras, la propiedad común del ganado (16.000 llamas y 5.000 ovejas) y la distribución del pueblo en ayllus, presididos por su respectivo alcaldes.
Juli fue para los jesuitas de la Provincia del Perú el centro de aprendizaje no sólo del aymara, sino también del quechua, que se hablaba en las regiones vecinas. En este templo, celebró la primera misa en lengua aymara el Venerable P. Alonso de Barzana SJ, jesuita cuya causa de beatificación es promovida actualmente por la Provincia peruana.