En una carta sobre la pobreza de los jesuitas enviada el pasado septiembre de 2021, el P. General Arturo Sosa SJ nos invitó a ir más allá de las disputas y controversias y a encontrar un nuevo significado y vida en el voto de pobreza. El P. General insiste en que la pobreza es indispensable si deseamos acercarnos a Cristo y vivir la vocación más profundamente, más auténticamente y con mayor alegría.

A partir de esta carta, el 12 de enero, la Curia General en Roma inició una nueva serie de vídeos sobre la pobreza religiosa. Cada mes, durante el 2022, los jesuitas compartirán la experiencia de cómo viven su voto de pobreza. Escucharemos las luchas que han tenido y las alegrías que han experimentado. Reflexionaremos con ellos sobre cómo se puede vivir el voto de pobreza de una manera más profunda y alegre. Esto puede ser un fruto del proceso de conversión al que nos llama el Año Ignaciano.

La llamada e invitación a vivir el voto de pobreza se refleja en cada una de las Preferencias Apostólicas Universales:

• La primera Preferencia nos anima a seguir buscando el camino hacia Dios y a mostrar ese camino a los demás. A medida que nos acercamos a Jesús pobre y humilde, y le amamos y servimos más, encontramos el camino para nosotros mismos y para los demás. Descubrimos una nueva luz y estamos llamados a compartir esa luz tan gratuita y ampliamente como sea posible.

• La segunda Preferencia nos anima a estar del lado de los marginados, de los excluidos y de los que la sociedad considera despreciables. Con, en y a través de ellos, encontramos a Jesús pobre y humilde de forma privilegiada. Es donde Jesús vive y nos dice: “Venid y veréis”. (Jn 1,39). Vemos dónde vive Él, cuando nos encontramos con los pobres y excluidos y caminamos con ellos.

• Los jóvenes, que buscan su camino en la vida, lo hacen con una vulnerabilidad y una incertidumbre que muestran el rostro compasivo de Cristo. A menudo, sin trabajo ni seguridad, los jóvenes se acercan a nosotros en busca de apoyo y comprensión. ¿Somos lo suficientemente pobres para escuchar su grito?

• La llamada a colaborar en el cuidado de la casa común es una llamada a la sencillez. Nuestro mundo es insostenible y su modelo económico ha dejado mucho que desear. La pobreza religiosa da testimonio de un camino diferente y contracultural para la humanidad: un camino que ofrece una alternativa válida y probada en el tiempo al consumismo y que conduce, sin duda, a la plenitud de vida de la que habla Jesús en Jn 10,10.

Nuestra pobreza religiosa nos llama a anteponer lo que somos a lo que hacemos o a lo que poseemos. Nos llama a dar testimonio al mundo de que el valor de cada persona reside en su ser y no en las posesiones, la posición o el poder.

(Con información de Jesuits Global)