En un anuncio sorpresa, el Papa ha convocado a un consistorio para la creación de 21 nuevos cardenales, 16 de ellos electores en un eventual cónclave. Un vistazo a la lista confirma la línea seguida por Francisco a lo largo de su pontificado, pues su selección prioriza obispos de las periferias. Además, vaticanistas señalan que su afán descentralista se complementa con un énfasis en garantizar que el órgano que elige a su sucesor comparta sus prioridades pastorales.
El domingo 29 de mayo, el pontífice romano de 85 años eligió a 16 nuevos cardenales electores, entre los que se encuentran dos obispos indios, un misionero italiano de 47 años que trabaja en Mongolia y los líderes de las diócesis de Singapur, Ghana, Nigeria y Timor Oriental. El nombramiento de cardenales es lo más parecido a la planificación de la sucesión que tiene un Papa y la reciente selección asegura que el actual pontífice ha elegido a casi el 63% de los que pueden votar en un cónclave. Los nuevos cardenales serán creados en una ceremonia consistorial el 27 de agosto y a partir de ese momento 83 de los 132 cardenales electores estarán designados por Francisco.
El final de agosto no es una fecha tradicional para los consistorios (que solían celebrarse en febrero, junio o noviembre), pero la lista de nuevos cardenales fue precedida por el anuncio de un encuentro que reunirá a todos los cardenales del mundo en torno al Papa y que estará dedicado a la nueva Constitución Apostólica sobre la Curia Romana, “Praedicate Evangelium”, que entrará en vigor el domingo 5 de junio, fiesta de Pentecostés. El consistorio para los nuevos cardenales del sábado 27 de agosto precederá a la reunión prevista para el lunes 29 y el martes 30 de agosto.
Con los últimos nombramientos, el Papa también ha enviado un fuerte mensaje a la jerarquía de Estados Unidos al elegir al obispo Robert McElroy, líder de la diócesis de San Diego. El obispo, formado en Harvard y Stanford, se ha opuesto firmemente a negar la comunión a los políticos que apoyan las leyes sobre el aborto y ha advertido contra la instrumentalización de la Eucaristía con fines políticos. Su nombramiento se produce pocos días después de que el arzobispo de San Francisco, Salvatore Cordileone, dijera que iba a prohibir la comunión a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, por sus opiniones políticas a favor del aborto.
La elección de McElroy, reconocido como un líder pastoral con una profunda preocupación por la justicia social, demuestra que el Papa no quiere que los obispos se vean envueltos en guerras culturales. El obispo McElroy también ha pedido un enfoque más acogedor para los católicos LGBT y ha adoptado la visión de Francisco de una Iglesia más sinodal después de participar en el sínodo de Amazonía de 2019. Cuando se trata de Estados Unidos, el Papa ha vuelto a pasar por alto arquidiócesis que tradicionalmente tenían cardenales como la de Los Ángeles, que está dirigida por el arzobispo José Gómez, presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos.
Durante su pontificado, Francisco ha roto las convenciones no escritas sobre la elección de cardenales, intentando reformar un sistema que a veces permitía el carrerismo, ya que se asumía que ser arzobispo de una determinada diócesis significaba automáticamente convertirse en cardenal. En cambio, el Papa ha adoptado una política de “los últimos serán los primeros”, eligiendo a obispos de rincones lejanos del planeta y que sirven en países que nunca han tenido un cardenal. El criterio que sigue Francisco es el servicio pastoral ejemplar y tiende a buscar a quienes nunca esperarían ser elevados a los más altos rangos de la jerarquía eclesiástica.
Priorizando perfil pastoral antes que la tradición
Francisco sigue rehaciendo el Colegio Cardenalicio con mayor énfasis en la persona que en la ubicación del obispo. Además, de los 16 nombrados, cinco son solo obispos, no arzobispos. En Italia, por ejemplo, el obispo Oscar Cantoni fue nombrado cardenal, pero no lo fueron los arzobispos de Venecia ni de Milán. Cuando Francisco hizo esto por primera vez en 2014, fue revolucionario, pero ha continuado este patrón siempre que ha nombrado cardenales.
Francisco también ha aumentado drásticamente la parte del colegio procedente de Asia y África. Después del consistorio de agosto, el 16% de los cardenales serán de Asia y el 13% de África. En el cónclave que eligió a Francisco, los porcentajes eran sólo del 9,4 para cada continente. En esta reasignación perdieron Italia (pasando del 24% al 17,4%) y Europa del Este (del 9,4% al 5,3%). Del mismo modo, la Curia Romana ha pasado del 35% con Benedicto a 24% con Francisco. Europa representa ahora el 42% del colegio, frente al 52% del cónclave de 2013. A pesar de estas pérdidas, Italia y el resto de Europa seguirán teniendo un bloque importante de votos en el próximo cónclave. Estados Unidos también ha perdido representación: 7,6%, frente al 9,4% del cónclave de 2013.
Cada Papa pone su propio sello en el Colegio Cardenalicio, buscando prelados que apoyen sus puntos de vista sobre y hacia dónde debe ir la Iglesia. Francisco ha designado ya el 63% de los cardenales electores; el 29% fueron nombrados por Benedicto y el 8% por Juan Pablo. Las probabilidades están ahora a favor de tener otro Papa que continúe con las políticas de Francisco, pero nunca se sabe cómo votarán los cardenales una vez que entran en el cónclave.
(Con información de Buena Voz Noticias)