El 19 de mayo se realizó un encuentro significativo para el futuro de la formación en la Compañía de Jesús. El P. Hernán Quezada SJ, Delegado de Formación de la Conferencia de Provinciales Jesuitas de América Latina y el Caribe (CPAL), acompañado por el P. Marcelo Amaro SJ, Rector del Centro Interprovincial de Formación de Teología (CIF) de Bogotá, se reunió con el equipo de formadores y formadoras en Teología, en la Pontificia Universidad Javeriana.
Este encuentro se enmarca en un momento vital: el camino que se está recorriendo en América Latina y el Caribe hacia una revisión dialogada, reflexionada y bien sustentada de la formación. Un proceso que, si bien tiene un anclaje regional, se nutre y dialoga constantemente con la dimensión universal y trans-conferencia que caracteriza a la formación en la Compañía. De hecho, este centro de formación teológica en Bogotá se está consolidando progresivamente como un CIF internacional, preparándose para acoger a jesuitas provenientes de otras Conferencias.
En un gesto de profunda gratitud, el P. Quezada transmitió, en nombre de los 12 Provinciales y el Presidente que conforman la CPAL, el reconocimiento por la invaluable labor que este cuerpo académico aporta a los jesuitas en formación en el CIF de Bogotá.
Durante la jornada, el P. Quezada compartió con los académicos los avances del proceso de reestructuración de la formación impulsado por la Conferencia, así como el horizonte global que la Compañía Universal traza. El diálogo que surgió fue sustancioso y esperanzador, abriendo nuevas perspectivas para seguir discerniendo la formación jesuita que el siglo XXI demanda: una formación que conjuga grandes riquezas con ineludibles desafíos.
Uno de los ecos más resonantes de la conversación fue la invitación a concebir la formación más como «trayectorias formativas» personalizadas que como «etapas» estandarizadas. La maravillosa diversidad que hoy caracteriza a los jesuitas en formación impulsa a cultivar una mayor agilidad y flexibilidad en los modelos, sin jamás demeritar la solidez y profundidad que son esenciales. Se trata de trascender la rigidez de un molde único para abrazar la riqueza de los caminos individuales, siempre enraizados en la identidad ignaciana.
La calidad humana y académica del equipo de teólogos y teólogas en Bogotá es un augurio claro de un itinerario fructífero y estimulante. Este es un camino que estamos llamados a seguir construyendo juntos, en diálogo constante con los propios jesuitas en formación y atentos a las realidades del vasto universo donde se despliega este proceso vital para la Misión.
(Con información de la CPAL)