El Cardenal Pedro Barreto, presidente de la Conferencia Eclesial de la Amazonía (CEAMA), se encuentra en Belém (Brasil) participando de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (COP30). Con motivo de este encuentro ofreció una reflexión sobre los desafíos apremiantes que enfrenta la humanidad y el papel de la Iglesia en este contexto.

La urgencia de enfrentar el cambio climático

El Cardenal Barreto señaló que, tras 30 conferencias de este tipo, la urgencia de enfrentar el cambio climático es “cada vez más fuerte”. A pesar de los esfuerzos, los acuerdos alcanzados en casi tres décadas han sido calificados como “tímidos y en unos casos ineficaces”. Por ello, la COP30 debe estar marcada por dos aspectos: “la urgencia de enfrentar el cambio climático y también de promover la justicia socioambiental”.

El purpurado recordó el compromiso histórico de la Iglesia Católica con el cuidado de la Creación de Dios. Mencionó que ya San Juan Pablo II, en 1989, durante su visita al sur de Chile, constató “los efectos del cambio climático”. Este magisterio inicial fue seguido por la Cumbre de Río de Janeiro en 1992, organizada por las Naciones Unidas.

“Por tanto, estamos hablando de un largo proceso que se ha demostrado que es ineficaz porque estamos en este momento, yo diría, crítico. Y, por tanto, esta COP30 necesitamos todos hacerla real, eficaz y urgente”.

“La Iglesia tiene que ser una profecía socioambiental”

Al ser consultado sobre cómo la acción pastoral de la Iglesia puede contribuir a frenar los estragos del cambio climático, el Cardenal Barreto remarcó la responsabilidad de la Iglesia como parte de la familia humana, tal como lo ha expresado el Papa Francisco. Esto implica un rol activo en la «educación para el combate frente a los estratos del cambio climático”.

La autoridad eclesial dijo que la Iglesia debe ser una “profecía socioambiental”. Esta profecía se traduce en una “denuncia, pero desde la perspectiva evangelizadora de la Iglesia”. Es una denuncia que señala la amenaza de “llegar a un punto de no retorno, como así lo dijo el Papa Francisco”.

La responsabilidad, según el Card. Barreto, recae en “absolutamente todos, gobiernos, empresarios, miembros de la Iglesia, creyentes o no creyentes”. La acción pastoral incluye, por lo tanto, la responsabilidad de toda persona humana de “cuidar la creación de Dios y pensar también en las generaciones futuras como nos planteaba el Papa Francisco en la Laudato Si’.

La esperanza en acción

El Cardenal Barreto señaló la significativa presencia eclesial en la COP30, que refleja el compromiso de la Iglesia con este proceso. Mencionó al Secretario de Estado, Cardenal Parolin, y también a tres cardenales presidentes de conferencias episcopales de África, Asia y América Latina y el Caribe, además de su propia representación de la Ceama y varias congregaciones religiosas.

Esta amplia participación permite afirmar que de manera urgente “esta COP30 es la esperanza en acción, en una acción conjunta y una acción que libere de estos grandes temores que amenazan el cambio climático ante la inminente, yo diría, llegada del punto de no retorno”.

Al concluir, el Card. Pedro Barreto sostuvo que es necesario “creer, tener fe en los científicos” que adviertan sobre estas graves consecuencias, y recordó que “la fe en Dios sí hace posible lo que humanamente es imposible”.

 

(Con información de ADN Celam