Fiesta del “Santísimo Nombre de Jesús” – 3 de Enero 2014
Pedro Fabro – Homilía del P. Bernardo Haour, SJ
Hoy día celebramos el Nombre de Jesús. La Compañía de Jesús considera este día como una oportunidad para dar gracias a Dios por su fundación como Compañía, una Compañía que lleva el nombre de su Hijo, a quien quiere seguir en profundidad.
Hoy tenemos una circunstancia especial para esta acción de gracias: el papa Francisco ha celebrado esta mañana en Roma la canonización de uno de los primeros compañeros de San Ignacio: Pedro Fabro. Al celebrar su canonización el Papa Francisco piensa que vale la pena conocerlo un poco más
Pedro Fabro nace en Saboya en 1506, el mismo año y el mismo mes que Francisco Xavier en España.
Es hijo de una familia de agricultores, muy religiosa. El mismo ayudará a guardar el rebaño familiar durante su infancia.Es muy piadoso pero también ávido de conocimientos, por ello se trasladará a París para estudiar filosofía y teología, donde encuentra a Francisco Xavier que también se está formando en la Sorbona y se amista con él.Los dos tienen 19 años. Allí también encontrará a Ignacio en 1529.
Fabro en este momento es una persona escrupulosa (como lo fue Ignacio mismo), y no sabe bien lo que quiere hacer de su existencia.Ignacio le ayudará mucho a consolidarse espiritualmente. Después de 9 años de maduración y estudio Fabro se ordena sacerdote, es uno de los amigos que forman el grupo que hace votos en Montmartre,que luego da origen a la Compañía de Jesús.
Durante los primeros años de la Compañía Fabro es enviado por Ignacio a distintas misiones. Viaja mucho.Entre1541 y 1544 escribe un diario espiritual, realmente bello.
Termina su breve vida en 1546. Ignacio le había pedido volver de España para ir al concilio de Trento. Fabro llega en julio a Roma. Muere agotado en agosto de 1546.Tenía 40 años.
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1. Lo que se resalta de Fabro, en su vida y después de su muerte es que fue un hombre profundamente espiritual.
Quizá por su temperamento inquieto estuvo inclinado desde su juventud hacia la vida interior.
Es importante en su diario espiritual lo que llama la Vuelta al Corazón, la atención a lo interior, a lo afectivo, al movimiento de los espíritus.
Fabro, como cualquiera de nosotros era sujeto al desanimo, a la falta de confianza en sí. Pero lo que nota en su diario es que siempre, en estos momentos, ha tenido “mociones”, que lo invitaban de nuevo a pensamientos positivos y alegres.
Los expertos en teología espiritual piensan que Pedro Fabro ha sido un verdadero místico.Sea lo que sea, lo que es cierto es que Fabro ha tenido una fama extraordinaria en su vida de ser un gran maestro espiritual.
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2. Fabro fue también un hombre muy sensible a la crisis religiosa de su tiempo. En consonancia quizás con su sensibilidad espiritual, durante las varias misiones que tuvo en Alemania ante el desarrollo del protestantismo, Fabro piensa que no son asuntos doctrinales los que definitivamente están en juego, sino cuestiones de vida profunda.
Considera que el protestantismo es posible porque la Iglesia católica no muestra la profundidad de vida espiritual que tendría que mostrar.La crisis religiosa para Fabro, es por los dos lados, protestante y católico, una crisis de falta de vuelta alcorazón, una crisis de falta de vida espiritual.
Sus recomendaciones para el dialogo entre católicos y protestantes es de fijarse menos en las disonancias doctrinales, tender puentes en el plano espiritual y enfocarse en la praxis evangélica. Nos dice “Quien quisiera actuar de manera provechosa para los herejes de este tiempo, ha de tener mucha caridad con ellos y amarles de verdad”
Es típica de su manera de sentir esta insistencia sobre lo existencial más que sobre lo doctrinal.
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3. Fabro fue un hombre de servicio y obediencia. Ignacio confía mucho en Fabro, reconoce su capacidad de escucha y de percepción de las personas y le encarga misiones delicadas. Fabro fue de alguna manera, y exagerando un poco, el hombre de los encargos de Ignacio Llos que asumirá con un profundo sentido de servicio, que es una de las inspiraciones frecuentes de su diario.
Recorrió a pie miles y miles de kilómetros para cumplir con estas tareas.Italia, Alemania, Francia, Bélgica, España, Portugal. ”Parece que Fabro ha nacido por no estar quedo en ninguna parte” escribe el secretario de Ignacio.
Sin embargo no son las dificultades propias a los viajes en esta época que le costó más, sino más bien el sentimiento de no estar nunca en un lugar permanente. El escribe “Soy un peregrino extranjero en todas partes a las que me conduce la voluntad de Dios”.
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4. Fabro fue también un religioso con un don de relación personal excepcional. Probablemente porque siente en si mismo mucha insuficiencia, que termina viviendo con paz, Fabro tiene una excepcional sensibilidad a los demás y su don de amistad es fuera de lo común.
Un compañero suyo, Simón Rodríguez escribe: ”Prescindiendo de otras muchas virtudes, Pedro tenía una suavidad y gracia especial y sumamente agradable para tratar con la gente, como he visto en ninguna otra persona.”
Parece que es su propia experiencia de fragilidad, que ha aprendido a acoger profundamente, lo que le da esta apertura al otro.Tiene una compasión para los demás que el mismo ha aprendido a tener para sí mismo.
La tarea que se da constantemente Fabro es consolar como Cristo mismo, “manso y humilde de corazón”.
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5. Una última faceta que se puede evocar en Fabro es que es un hombre de gratuidad. A lo largo de su diario espiritual le vemos preocupado por su poca capacidad de hacer grandes cosas y pide a Dios saber aceptar esta incapacidad.
Dice en su diario:”Otra vez sentí una gran tristeza al pensar que no hago nada que merezca la pena y me tenía por el más desgraciado de todos mis compañeros. Pero Dios muy compasivo y misericordioso y su Espíritu consolador suelen ayudarnos en tales miserias.”
Se considera como un servidor inútil e insignificante. Lo repite de varias maneras en su diario, pero no se perturba mucho por eso y más bien hace reflexiones admirables sobre los grandes proyectos y lo que llama las pequeñas tareas. Lo que importa es dedicarse enteramente a lo que nos toca hacer, sea grande o pequeño, siempre que lo hagamos con profundidad.
Escribe:”Prefiere llenarte de gracia y hacer a lo grande cosas pequeñas antes quehacer malamente las cosas grandes.”. Su diario abunda en meditaciones similares.
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Terminaré evocando tres cosas de Fabro que destacan en él, que humana y espiritualmente tienen mucho que decirnos hoy y que sin duda responden al espíritu del nombre de Jesús:
– Su sentido de lo que es importante en la acción. Fabro nos invita a re-evaluar lo que llamamos eficiencia. No la desprecia, pero en el corazón de todo esfuerzo ve la necesidad de pensar en la gratuidad, tomando una cierta distancia frente a lo que es éxito o fracaso, y colocando la preocupación de servicio al prójimo como criterio denuestras prioridades
– Su aceptación de todo lo que en cada uno de nosotros es fragilidad y insuficiencia. Ello es una preocupación permanente para Pedro Fabro, por la poca estima que tiene de su propia persona; pero transfigura este sentimiento en paz y en serenidad por la confianza y la fe que tiene en la acción del “Dios muy compasivo y misericordioso y su Espíritu consolador “.
– Su atención y compasión por los demás como verdadero criterio de la realidad de la interioridad. Su capacidad de cercanía y de comprensión tan “suave” de los demás, asombraba sus contemporáneos Era la expresión de su profunda y creyente aceptación de sí mismo.
Hoy, día del “Nombre de Jesús”, damos gracias a Dios por este testimonio de vida tan profundamente vinculado al sentir de Jesús, y relevante para la vida de la Compañía, de la Iglesia y del mundo hoy.