La Red Jesuita con Migrantes (SJM), con el respaldo de la Conferencia de Provinciales Jesuitas en América Latina (CPAL), han convocado al Primer Encuentro de Fronteras al que estaban invitados todos los proyectos de estas zonas que la Compañía promueve en América Latina: las fronteras entre EE. UU. y México; México y Guatemala; Panamá y Colombia; Colombia y Venezuela; Colombia y Ecuador; República Dominicana y Haití; Colombia, Brasil y Perú y Bolivia, Chile y Perú. El objetivo de este encuentro es compartir y fortalecer los proyectos en estas zonas e invitar a sus instituciones a repensar su presencia en los territorios fronterizos y promover la dignidad de las personas que allí viven.

El encuentro tuvo lugar en Cúcuta, en la frontera colombo-venezolana, del 22 al 24 de septiembre. El Profesor Edgar Durand, director académico del Colegio Cristo Rey de Tacna, participó representando a Perú en la experiencia de la triple frontera en donde se encarga de coordinar el proyecto Formadores para la Paz.

Desde hace años, la Compañía de Jesús viene sirviendo a las comunidades fronterizas por medio de la educación, el acompañamiento pastoral y espiritual, unos programas de desarrollo y atención a la población migrante o refugiada. “Al valorar el gran camino recorrido, reconocemos las debilidades que debemos superar para asumir los retos que estas regiones plantean. Estamos llamados a actuar en las fronteras con una mirada más amplia, de forma coordinada y en red tanto al interior como con otros actores. Todo esto nos demanda una conversión de la mente y del corazón”, dice el comunicado escrito por los participantes de este Encuentro.

En este mismo comunicado, reconocen la falta de apoyo de la mayoría de gobiernos nacionales, al no tomar en cuenta las necesidades específicas de las poblaciones fronterizas y al implementar políticas que no las benefician, enfocándolas exclusivamente a la seguridad nacional. Por esto, dicen en el documento, “llamamos a los gobiernos a potenciar las interacciones transfronterizas a través de políticas públicas, facilitando la regularización y la institucionalidad; posibilitando la participación local para definir planes territoriales que promuevan la vida digna en toda la región, iniciando por aquellos puntos que unen a las comunidades transfronterizas. Pedimos que se realicen las inversiones sociales que la región requiere en materia de educación, salud, trabajo, agua potable, vivienda, infraestructuras, etc. y que se preste atención a las violaciones de DDHH que suceden en estos puntos geográficos, especialmente contra las personas migrantes indocumentadas, desplazadas, deportadas o las solicitantes de asilo.

En otra parte del comunicado resaltan la implementación de proyectos empresariales, pero que solo buscan mayor beneficio en detrimento de la población y el medio ambiente, ofreciendo, además, precarias condiciones laborales y un modelo que solo es extractivo y que va en contra de los recursos naturales presentes en cada zona. Por ello, hacen un llamado al sector privado para que realicen inversiones que respeten y potencien las dinámicas fronterizas desde relaciones económicas justas, equitativas y ecológicamente sostenibles.

Para finalizar, los representantes de este Encuentro reconocen que el principal reto para dar importancia a la frontera es construir el sujeto ciudadano transfonterizo, que debe ser “abierto a lo intercultural, protagonista de su territorio y que contribuye a una sociedad justa, inclusiva y fraterna”.