Los jesuitas que realizan la Tercera Probación en Cochabamba (Bolivia), entre ellos el P. Deyvi Astudillo SJ, comparten sus testimonios sobre las experiencias apostólicas y comunitarias con las cuales cerraron su programa de formación antes de los Últimos Votos y su incorporación definitiva a la Compañía de Jesús:

Último reporte desde el Terceronado en Cochabamba

Julio 2020

Durante todo el mes de junio salimos, respetando las normas de bioseguridad correspondientes, a compartir experiencias apostólicas y comunitarias en medio de la pandemia.

Dado que las cuarentenas nos impidieron un apostolado más abierto y amplio al comenzar la Semana Santa como estaba previsto, el Espíritu nos llevó a hacer de nuestras propias comunidades jesuitas aquí en Bolivia un lugar de misión. Tal como lo remarcan nuestras últimas Congregaciones Generales la vida comunitaria también es tierra de misión y, por eso, ocho de nosotros compartimos la vida –y la misión posible- con otros compañeros en sus comunidades. Igualmente, dos de nosotros compartieron el confinamiento colaborando en el Hogar Sagrado Corazón para personas con discapacidad sirviendo y acompañando.

Entramos en la recta final, les agradecemos sus oraciones y bendiciones en abundancia.

Aquí les compartimos algunos testimonios:

Paz, pan y abrazo virtual (La Paz)

“La experiencia fue salir de nuestro confinamiento para ser acogidos por una comunidad apostólica en La Paz (la ciudad del teleférico y de las Achachilas). Sentirnos en familia y en misión. Fuimos enviados al comedor San Calixto donde descubrimos, dentro de los pucheros y las ollas, que anda Dios. 300 comidas para mayores de edad, migrantes y demás… preparadas con cariño y gran esfuerzo por 4 mujeres. Y en la tarde buscamos llegar a los corazones de los educadores de la gran familia de Fe y Alegría, desde los ejercicios virtuales y de los talleres de pedagogía ignaciana.” PP. Óscar Fuentes, SJ (España) y José Suárez, SJ (México).

Parroquia Jesús y San Andrés de Machaca (La Paz)

“Mi experiencia en las parroquias de la diócesis de El Alto ha sido la confirmación del trabajo incesante de Dios por comunicarse desde la cultura aymara y valorar el rico aporte que pueden realizar a la comunidad humana las culturas campesinas e indígenas de nuestra América Latina. En este sentido, me impactó mucho el trabajo de la Compañía y especialmente los testimonios de los jesuitas Franz, Mariano y Fabio siguiendo la herencia de Tata Pepe (José Fernandez Enestrosa SJ), hombre de hondo compromiso con el mensaje del Evangelio en la nación aymara.” Hno. Rodrigo Castells, SJ (Provincia de Argentina y Uruguay).

Hogar del Sagrado Corazón (Cochabamba)

“Al llegar fuimos acogidos por los corazones, las miradas, sonrisas y abrazos de los niños, niñas, jóvenes y de las hermanas del hogar. Abrieron el espacio sagrado de sus vidas donde solamente era posible entrar quitándonos nuestras sandalias, en un ejercicio de salida de nosotros mismos. Cada momento allí vivido fue como un movimiento de amor que nos acercaba a sus cruces, historias y cuerpos frágiles donde late encarnado el Corazón de Jesús. Durante estos 30 días nos tocó servir y encontrar a Dios alimentando, limpiando, duchando, vistiendo, acostando… en una palabra, siendo amados y amando. PP. Marcos Vinícius, SJ (Brasil) y Emmanuel Sicre, SJ (Provincia de Argentina y Uruguay).

Desde la Esperanza, comunidad de mayores (Cochabamba)

“Mi experiencia apostólica ha sido mística, he tenido el privilegio de compartir la vida con nuestros hermanos mayores en la enfermería de la Provincia de Bolivia. En la cotidianidad de la vida, (oración, eucaristía, convivencias, películas, comidas, etc.) he sido testigo de la presencia del resucitado encarnado en cada uno de ellos. Su fe y sabiduría, como verdaderos hijos de San Ignacio, siguen brillando para muchas personas con las que conviven y para las nuevas generaciones de jesuitas. Su testimonio de vida hace evidente que vale la pena seguir a Jesús. En medio de la fragilidad humana, de sus enfermedades y en la incertidumbre por la pandemia que vivimos, mantienen la alegría y la esperanza. Siguen siendo Buena Noticia. A través de la oración y diferentes apostolados, siguen confabulando en la construcción del Reino de Dios.” P. Enrique Carrasco, SJ (México).

Colegio San Ignacio (La Paz)

Nuestra experiencia en la comunidad jesuita fue compartir la vida cotidiana de los compañeros. Dado que por el confinamiento nuestra colaboración con las obras de la Compañía en Bolivia fue limitada y sólo virtual, igualmente, porque nos ha ayudado a conocer de cerca a los compañeros bolivianos y sus labores apostólicas. De hecho, pudimos ayudar, aunque mínimamente, con algunas de sus tareas (en los colegios San Ignacio y San Calixto, en la Agencia ANF y algo en la cocina de la casa). Además, para nosotros han sido muy importantes las buenas conversaciones que pudimos tener con los compañeros de la comunidad sobre diversos temas ligados a Bolivia y la Compañía. Nos sentimos muy agradecidos por su cálida acogida y por toda la generosidad que nos mostraron en este tiempo. PP. Giuseppe Riggio, SJ (Provincia Euromeditarránea) y Deyvi Astudillo, SJ (Perú).

Parroquia de la Santa Veracruz (Cochabamba)

Salir a un trabajo apostólico en medio de las situaciones adversas por el Covid-19 era nuestra ilusión, poder encontrarnos con otras personas y compartir juntos nuestras alegrías y afanes. En medio de expectativas fuimos enviados a la parroquia de la Santa Veracruz. Ya llevábamos en mente que ese principio apostólico donde la persona, la comunidad y la misión son integradas al servicio del Reino de Dios, iba a ser muy limitado dada las circunstancias. Pero el mes resultó muy corto porque fue una experiencia centrada en un gran encuentro con los tres miembros de la comunidad: compartir la vida, con convicción de crecer en las relaciones que día a día eran más fraternas alcanzando niveles de intimidad y empática, tejiendo juntos vivencias y experiencias. P. Edilberto Brandão, SJ (Brasil) y Hno. Jesús Díaz, SJ (Colombia).