Ofrecer una oportunidad a las familias para que las cenizas de sus difuntos permanezcan para siempre en lugar sagrado, en contacto con la tierra. Con esta finalidad se ha creado en tiempo de pandemia el Cinerario de San Pedro, templo que alberga desde 1638 los restos de muchos jesuitas, así como de muchos más fieles que desearon el reposo final en este espacio, como signo de la espera en la Resurrección a la que hemos sido llamados en el Bautismo.

El Cinerario se ubica en la Capilla de San Francisco de Borja sobre una antigua cripta del mismo nombre ubicada a tres metros de profundidad y previamente restaurada. Muchas familias que guardan en su hogar las cenizas de sus difuntos podrán valerse de este servicio perpetuo y gratuito, que solo requiere cumplir con la aceptación de las condiciones y entrega de la documentación pertinente.

Un lugar de recuerdo y oración

El párroco Enrique Rodríguez SJ nos cuenta que la construcción del Cinerario nació de la intención de la comunidad jesuita de San Pedro de acompañar y consolar a las familias en este difícil tiempo de pandemia por la Covid 19, ofreciéndoles un espacio dentro del templo donde recordar y orar por sus difuntos:

«Compartir el dolor de tantos muertos a cuyos familiares les entregaban una caja con cenizas, nos llevó a reservar un espacio de este templo para que la perplejidad de muchas familias se atenúe por el consuelo de haber depositado las cenizas de sus difuntos en un espacio sagrado. De esta manera ejercitaríamos la obra de misericordia que enseña a respetar el cuerpo como templo del espíritu y, según el espíritu de la Iglesia, a no sustraer a los difuntos de la oración y el recuerdo de los familiares y la comunidad cristiana, aunque pasen el tiempo y las generaciones», explica el P. Enrique.

Cómo funciona y cómo acceder al servicio

Una plancha de mármol grabada con el texto en latín Dona eis requiem (“Concédeles el descanso eterno”) protege la boca del cinerario, que conecta a través de un sistema con la cripta, espacio reservado e intangible en el cual reposarán finalmente las cenizas.

En días y hora establecidos por la Parroquia, se celebra la Eucaristía por los difuntos cuyos cuerpos o cenizas reposan en el templo. Son los mismos familiares quienes depositan las cenizas en la boca del Cinerario al terminar la Eucaristía, después de ser rociadas con agua bendita.

Los interesados llenan en la secretaría de la Parroquia una ficha con la identificación y datos de cada difunto, dejando constancia de quién es el familiar que se hace responsable del depósito de las cenizas y del conocimiento que es un cinerario común, sin receptáculo individual. Se requiere presentar como documentos el acta de defunción, el acta de cremación y el DNI de la persona responsable.

La Parroquia lleva un registro (libro) de los difuntos cuyas cenizas son depositadas, día del fallecimiento y fecha en que fueron depositadas. También entrega una constancia a la familia.

Bendición del Cinerario

El Cinerario fue bendecido el sábado 14 de agosto, víspera de la Solemnidad de la Asunción, en una ceremonia presidida por el párroco. El sábado 21, al terminar la Misa de 8 de la mañana, después del canto de la Salve ante la imagen de Nuestra Señora de Guadalupe que está en el altar de San Ignacio, se depositaron las cenizas de una anciana de la parroquia, acompañados con profunda devoción por dos familiares y colaboradores laicos.

La Compañía de Jesús agradece la dedicación de los encargados: de obras, Alberto Mostacero; de liturgia, César Ponte; de oficina parroquial, Mariana Vela; de seguridad, Jesús Huaccán y sus respectivos equipos de trabajo, que posibilitan a la parroquia ofrecer cada día un mejor servicio eclesial.

Pueden recibir mayor información sobre el Cinerario en el Despacho Parroquial.

Teléfono: 428 3010

Whatsapp: 993 403 170

Correo: sanpedrodelima@gmail.com