Entre el 26 y el 29 de octubre, Fe y Alegría celebró el 48º Congreso Internacional, momento en el que educadores se reencuentran para debatir y reflexionar sobre la educación popular. Este evento se realizó en modalidad mixta: presencial en Bogotá (Colombia) y a través de la tecnología con el resto del mundo.

En el primer día de este encuentro, el P. General Arturo Sosa SJ agradeció a Fe y Alegría por hacerse presente en esta edición del Congreso. Recordó que aún lleva en su corazón el encuentro en Madrid (España) en 2018. “Ocasión en la que se enfrentó el desafío de una Fe y Alegría más global, que eduque en las fronteras de la exclusión”.

Para el P. Sosa ese momento fue de renovación profunda del espíritu fundacional que llevó el P. José María Velaz y el grupo de estudiantes universitarios que lo acompañaba, inspirados en la generosidad y entrega de Abraham y Patricia Reyes a seguir generosamente la llamada a comprometerse en la educación de los más pobres.

El Sacerdote Jesuita refirió que debido a la pandemia del COVID-19 se han develado “con fuerza” situaciones de exclusión, y que el “modelo de desarrollo depredador”, tantas veces señalado por el Papa Francisco, se erige como una de las amenazas a la vida en el planeta Tierra, y señaló que sus efectos son más dramáticos en el mundo de las mayorías pobres. “Los derechos a la salud y a la educación están más vulnerados que nunca”.

En ese sentido, enumeró otros derechos que buscan abrirse paso en un “campo minado por las desigualdades”:

“La educación está en emergencia. La comunicación sigue siendo un privilegio y no un derecho para esas mayorías. El trabajo y la vida digna siguen siendo una gran aspiración para más de la mitad de la población en el planeta. Los derechos de la Tierra, nuestra casa común, y el deber de cuidarla con el cariño que se merece sigue siendo un enorme desafío”, expresó Sosa.

En medio de esta situación, indicó que Fe y Alegría se atreve a hacerse cada vez más presente en las nuevas fronteras desde su identidad, la cual tiene dos componentes indisolubles: Fe y Alegría es una experiencia personal y colectiva de inspiración humano-cristiana que pone en el centro a la persona de Jesús y su misión liberadora de todos los pueblos.

Agregó que Fe y Alegría es un Movimiento de Educación Popular que encuentra su lugar precisamente en las fronteras humanas, en el lugar social, geográfico e histórico de los pobres, desde sus necesidades y sus riquezas de saberes, “es desde allí que Fe y Alegría descubre las respuestas pedagógicas con innovación y calidad educativa en diversos contextos en diálogo con otras pedagogías inspiradas en la espiritualidad cristiana, expresadas en sus diferentes carismas que convergen en la misión compartida”.

Afirmó que desde el Movimiento Fe y Alegría se promueve el compromiso ético-personal con la transformación de las causas de justicia social y acompaña el despertar de la conciencia ciudadana, de las personas, para que participen activamente en la esfera política como sujetos sociales de derechos, promoviendo una ciudadanía global que desde el empeño local contribuya a cambiar el mundo entero.

“Me contenta mucho ver cómo estos desafíos han sido atendidos por Fe y Alegría en su nuevo Plan Global de Prioridades Federativas 2021-2025 como resultado de una lectura atenta del entorno, los signos de los tiempos y su capacidad de acción”, expresó Sosa.

De acuerdo con el Superior General de la Compañía de Jesús, en Fe y Alegría se han dejado inspirar por las preferencias apostólicas universales, manteniendo sus cuatro ejes misionales, concretando su implementación en las 12 iniciativas federativas de trabajo en red.

“Las redes son un modo de proceder que anima al Movimiento de una manera más horizontal, guardando la mayor armonía posible con la gobernanza de la institución. Un modelo organizativo dual de enredarse para darse en red en el que incorporan el discernimiento, la planificación, la formación y el liderazgo. Queremos estar pendientes y aprender de sus experiencias”, sostuvo Sosa.

También aprovechó la ocasión para reafirmar el compromiso de la Compañía de Jesús con Fe y Alegría, un movimiento que ofrece una plataforma de Educación Popular y Promoción Social intersectorial y global.

“Fe y Alegría, los colegios y las universidades confiadas a la Compañía complementan de manera muy concreta nuestro aporte a la promoción del derecho a la educación universal de calidad como parte del Pacto Educativo Global, convocado por el Papa Francisco”, indicó el Sacerdote Jesuita.

Asimismo, expresó que el Movimiento de Educación Popular y Promoción Social Fe y Alegría vive en sinodalidad, buscando caracterizar a toda la Iglesia. “Más de 40.000 personas laicas junto con más de 400 religiosas y religiosos de 75 congregaciones en fecunda colaboración en la misión común de Cristo llevan este Movimiento enfrentando juntos los desafíos de este siglo XXI”.

Por último, resaltó que en esta 48º edición se recuerda los 500 años de La Conversión de San Ignacio, un laico que siendo muy joven fue herido en su pierna por una bala de cañón y como consecuencia estuvo postrado en una cama por un tiempo que aprovechó Dios para obrar en él e inspirar su cambio de vida.

“Fue una conversión que lo fue transformando a lo largo de todo el resto de su existencia, también Fe y Alegría, sus educadores y educadoras, impactados por estas realidades que vivimos están llamados a ver nuevas todas las cosas en Cristo, y esto no lo hacen solos, cuenten con la Compañía de Jesús que la compañía cuenta con ustedes… Dios padre bueno les llene de bendiciones”.

(Con información de Fe y Alegría)