Del 13 de enero al 12 de febrero, una delegación de quince alumnos del Colegio de la Inmaculada (Lima) participaron del Intercambio Estudiantil 2023 en Estados Unidos. Durante este tiempo ellos fueron acogidos por familias anfitrionas y pudieron compartir experiencias con estudiantes de los diversos colegios jesuitas que se encuentran en los estados de Ohio, Arizona y New Jersey.

Compartimos una crónica escrita por Fabrizio Repetto, alumno del Colegio de la Inmaculada y participante de esta experiencia.

Intercambio 2023: una nueva forma de mirar las cosas

Desde el viernes 13 de enero hasta el domingo 12 de febrero del presente año, una delegación de quince alumnos del Colegio de la Inmaculada, entre ellos quién escribe esta crónica, participaron del Intercambio Estudiantil 2023 a Estados Unidos, siendo divididos en dos grupos: uno de diez (cinco chicos y cinco chicas) quiénes estuvieron en las ciudades de Cleveland, Ohio (St. Joseph Academy y St. Ignatius High School) y New Jersey (St. Peter’s Preparatory); y otro de cinco chicos, quiénes estuvieron en las ciudades de Cincinnati, Ohio (St. Xavier High School) y Phoenix, Arizona (Brophy College Preparatory), por un lapso de dos semanas por ciudad y siendo acompañados por los profesores Manuel Díaz y Mariella Villalta en el caso del primer grupo; mientras que el segundo grupo estuvo acompañado por el P. Santos Rugel, SJ.

En el desarrollo de esta experiencia, de carácter académico- cultural, cada uno de nosotros tuvo la oportunidad de convivir con dos host families (una por ciudad, o en algunos casos dos por ciudad) con quiénes compartimos la rutina del día a día; en dónde, más allá de asistir a las clases, realizamos actividades variadas en las que pudimos integrarnos y conocer más sobre la cultura en la que nos encontrábamos. Se podría decir que las rutinas eran prácticamente similares en ambos grupos: en la mañana, despertarse, desayunar y asistir al colegio con sus hosts, ya sea en auto o en transporte público; luego, participar en las actividades académicas planificadas, dando lo mejor de sí; y ya en la tarde, hacer tareas y compartir tiempo ya sea con la host family o participar en alguna actividad con tu host brother. Algo que quiero resaltar es la amabilidad que estas familias tenían con nosotros, al estar siempre atentos a cualquier inquietud o al preocuparse por integrar más al grupo, demostrándose esto en las actividades conjuntas que planificaron: ya sea alguna salida al teatro, al bowling o a cenar, colaborando a que la relación común mejore y ayudando a que nuestra estancia en los Estados Unidos sea mejor.

No voy a hablarles sobre cada uno de los días que estuve en el país y sobre todo lo que viví, ya que quisiera enfocarme en las experiencias y reflexiones que hemos podido encontrar durante el viaje, específicamente en dos de ellas. Primero, es necesario comentar que hay mucho que podemos aplicar, de lo visto en la experiencia, tanto en nuestro colegio como en nuestra sociedad en general. En los colegios donde pude estar, aprecié que le dan una mayor importancia a la oración y reflexión diaria, demostrándose en que, en cada horario, al menos 10 minutos diarios (cinco en la mañana y otros cinco después del almuerzo) son dedicados a una oración y una Pausa Ignaciana dirigida por un jesuita encargado, dando tiempo a que podamos tener un espacio de reflexión y discernimiento, que nos sirve también para evaluar cómo vamos en el día. Por otro lado, algo que tengo grabado en la memoria fue una frase que nos dijeron en Brophy: “el americano te toma las medidas y no puedes volver a cambiarlas”.

Con esto, a lo que quiero llegar es que tienes que dar la mejor impresión posible en la sociedad, puesto que, si no logras eso, ya no habrá segunda oportunidad. Esto nos debe alimentar a seguir trabajando por nosotros mismos y dar lo mejor en cada actividad y/o en cada oportunidad que damos, ya que eso le da un valor innumerable a tu calidad humana y te convierte en una mejor persona.

San Ignacio de Loyola, fundador de la Compañía de Jesús, nos llama a alcanzar el MAGIS Ignaciano, es decir, la excelencia en todo lo que hacemos. Siento que esta experiencia nos ha ayudado a reforzar ese MAGIS que tenemos dentro, mediante pequeñas actividades como pueden ser algunas labores sociales planificadas o compartir sobre la riqueza de nuestro país con los colegios amigos. Esto nos exhorta también a compartir las cuatro semanas vividas con nuestros compañeros en Lima, animándolos a vivir este tipo de experiencias considerando el significado que implica respecto al crecimiento no solamente en conocimientos, sino también individual de la persona, tomando en cuenta parte de lo que les he comentado en este artículo.

Para ya cerrar con este pequeño, pero significativo resumen, quisiera agradecer a todos los que han hecho posible esta experiencia para nosotros: desde las autoridades de nuestro Colegio de la Inmaculada hasta nuestras familias, quiénes han puesto todo el esfuerzo posible para tener esta oportunidad que ha expandido nuestros horizontes y nos ha abierto las puertas hacia otra cultura distinta. También, agradecer al equipo de los colegios jesuitas en Estados Unidos y a las host families, principalmente por acogernos durante esas cuatro semanas vividas y por darnos todo el apoyo necesario para que este Intercambio sea una de las mejores experiencias que hemos vivido en nuestra estancia en el CI. Sigamos trabajando juntos siempre pensando en una consigna y objetivo común: el ser familia ignaciana y el construir juntos un mundo mejor, siempre a la Mayor Gloria de Dios. AMDG.