El lunes 30 de octubre, en las instalaciones del Colegio de la Inmaculada, se realizó un evento para reconocer la trayectoria del P. José Ramón Gonzáles Écija SJ al servicio de la Misión jesuita en el Perú. Más de 200 personas, entre amigos, colegas, compañeros jesuitas, donantes y aliados, se reunieron en un homenaje organizado por la ODP Jesuitas del Perú en el que el color, la música y la alegría acompañaron un recorrido por la vida del querido P. Moncho. 

Se dice que el valor de una persona radica, sobre todo, en el rastro que va dejando durante su vida, y que la risa y el buen humor son la mejor medicina para el paso irrefrenable del tiempo. Entre esas dos frases es que se enmarca la figura de Moncho, cuyo liderazgo, pasión y compromiso con la Misión Jesuita, durante 60 años, han dejado una huella imborrable en el corazón de todo aquel que lo conoce.  

Así, con la intención de celebrar su trayectoria, la ODP Jesuitas del Perú ofreció un evento para homenajear el trabajo de quien fue también su fundador. El evento combinó la celebración de una trayectoria apostólica con la invitación a seguir impulsado sus frutos a través de la colaboración y la solidaridad. Empezó con una Misa característica de Quispicanchi (lugar que acogió a Moncho durante 25 años) que incluyó un coro en quechua y al grupo de danzantes “Los Qolla”. Luego, se presentaron testimonios de personas cercanas a la vida del homenajeado y, finalmente, hubo un espacio para compartir un brindis de honor. 

Sobre el evento 

La Eucaristía fue presidida por el P. Provincial Víctor Hugo Miranda SJ, con el acompañamiento de sacerdotes jesuitas como el P. Juan Carlos Gutiérrez SJ, Director del Colegio de la Inmaculada; el P. Antonio Sánchez Guardamino SJ, Párroco de Ocongate y Marcapata; el P. Carlos Silva SJ, Administrador de la Parroquia Nuestra Señora de Fátima; el P. Ernesto Cavassa, Director General de Fe y Alegría; el diácono Carlos Alomía SJ y, por supuesto, el P. Moncho.

Durante la homilía, el P. Provincial resaltó las virtudes del P. Moncho: “A todos Moncho nos ha enseñado algo. Nos ha marcado con su sonrisa, su alegría, su paciencia y su generosidad”. Asimismo, expresó su gratitud por su habilidad para la recaudación de fondos y la creación de redes: “Agradecemos y reconocemos su trabajo integrando gente a la comunidad solidaria, amigos y amigas que se han sumado a la aventura de colaborar con la Misión Jesuita”.  

Otro momento destacable, fue la carta que leyó el P. Carlos Silva SJ a Moncho, de parte del Padre Provincial. “Estamos agradecidos por tu constante apoyo de transformar la sociedad. Estamos alegres e ilusionados de poder compartir esta misión contigo”, leyó, finalizando con la arenga en quechua “¡Kausachun, Moncho! ¡Kausachun, Moncho! ¡Kausachun, Moncho!”. 

Este primer espacio cerró con un emotivo número artístico del grupo de danzantes, quienes recrearon la danza de la Fiesta de Qoylloriti. Claro que, habiendo pertenecido tantos años a una asociación danzante durante su estancia en Andahuaylillas, el P. Moncho se sumó marchando alegremente y, al compás, los más de 200 asistentes acompañaron con aplausos el desfile de colores y abrazos que fueron rodeando al padre a su salida de la capilla.  

La siguiente parte del evento se realizó en el auditorio, con la presentación de los testimonios de personas muy importantes en la vida de Moncho, permitiendo que los asistentes conozcan un poco más de cerca su espíritu audaz, movilizador y solidario. “A través de sus enseñanzas y ejemplo, Moncho me ha mostrado que el verdadero propósito de la vida reside en el servicio y la compasión hacia los demás”, expresó Doris Palma, voluntaria recurrente en eventos organizados por ODP. 

Tras la ronda de testimonios, Gianfranco Dulanto, director ejecutivo de ODP Jesuitas del Perú, cerró el espacio expresando su enorme gratitud hacia Moncho por su amistad y labor como fundador de la oficina, e instó a los presentes a seguir impulsando las causas que él inició, pues requieren del apoyo de todos para seguir creciendo: “Gracias a Moncho por inspirar nuestra labor, siempre enfocada en promover la solidaridad en favor de quienes más lo necesitan”. De esa forma, se dio paso al espacio de brindis, en el que los asistentes pudieron compartir con el homenajeado y donar a las diversas iniciativas en beneficios de las obras sociales, pastorales y educativas de Quispicanchi. 

José Ramón Gonzáles Écija SJ: “Papá Moncho” 

Moncho nació el 31 de julio de 1944 en Ferrol, La Coruña (España), en medio de una numerosa familia. Aunque lo antecedía toda una generación de marineros, su espíritu vivaz y curioso lo llevó a dedicar su vida al servicio de Dios. “Nadie creía que iba a convertirme en jesuita, siempre fui un niño muy travieso”, cuenta Moncho; pero su decisión fue firme. 

El 30 de octubre de 1963 ingresó a la Compañía de Jesús, dando inicio a una historia de vida al servicio de los más vulnerables. Así, tras su ordenación, la ciudad de Arequipa lo recibió como su primer destino en el Perú, pero en 1973 sería Andahuaylillas (Cusco), el lugar que se convertiría en su hogar durante 25 años.

Su trabajo siempre cercano a las personas fortaleció su misión de servicio. “Yo soy español y andahuaylino”, suele decir entre risas, cuando se refiere a la cultura andina que adoptó, junto con el quechua y el zapateo volviéndose, así, uno más. 

Pero fue su interés por la transformación social lo que guió su trabajo, por lo que, hoy, la semilla que sembró Moncho continúa dando frutos. ODP sigue diseñando y ejecutando proyectos, potenciando a nivel nacional el trabajo de las obras jesuitas a través de distintas iniciativas. 

  • Comedores sociales: Red solidaria que reparte +110 000 raciones a través de los cinco comedores sociales en Andahuaylillas, Urcos, Huaro, Ocongate y Marcapata. 
  • Becas Moncho: Programa de becas que lleva formando a +400 jóvenes comprometidos de 9 regiones, desde el 2001. 
  • Misión Quispicanchi: +10 iniciativas distintas impulsadas por ODP y promovidas por organizaciones jesuitas como CCAIJO, Wayra, SEMPA, Fe y Alegría N° 44 y la red de comedores de las parroquias de Quispicanchi. 

La trayectoria de Moncho es inspiración en vida. Tal como reza una de sus frases favoritas, “no me preocupo, me ocupo”, su compromiso con los más vulnerables es un recordatorio constante de que las palabras puestas en marcha son siempre más poderosas y transformadoras, y, por supuesto, de que la unión hace la fuerza. 

Si quieres colaborar con nosotros en la aspiración de construir un país más justo y solidario, puedes hacerlo a través de la ODP Jesuitas del Perú.

(Con información de la ODP Jesuitas del Perú