El 1 y 2 de marzo, en el Instituto Mayor Campesino (IMCA), en Buga (Colombia), se realizó la Asamblea de delegados sociales de la Conferencia de Provinciales de América Latina y el Caribe (CPAL). Este encuentro contó con la participación del Presidente de la CPAL, P. Rafael Garrido SJ, y el Delegado para el Apostolado Socioambiental, P. Agnaldo Júnior SJ, quien comparte a continuación su experiencia de lo vivido. Participó también Karem Farfán, delegada del Sector de Justicia Social y Ecología de nuestra Provincia.
Somos conscientes de la complejidad de las diversas formas de pobreza y exclusión en nuestro continente. Acompañamos nuevas formas de precariedad habitacional y laboral, el impacto de la migración forzada en nuestros países y ciudades, en las comunidades campesinas y en los pueblos originarios; el aumento de las distintas formas de violencia que dejan como consecuencia la degradación de la dignidad y la pérdida de vidas humanas; y el flagelo de la corrupción, el autoritarismo y el narcotráfico que debilitan las instituciones democráticas y vulneran los derechos humanos y el Reino de paz y justicia que vino a traer Jesús, nuestro hermano y maestro.
Comprendemos que la promoción de la justicia que nuestra fe en Jesucristo exige debe ser el criterio integrador de todos nuestros trabajos apostólicos. Esto demanda mayores esfuerzos de comprensión, reflexión e incidencia. Como sector social no podemos solos y sabemos que nuestro compromiso es dinamizar la dimensión social de las provincias. En tal sentido, requerimos la articulación con las universidades, centros educativos, parroquias y otras instituciones de la Compañía, de la Iglesia y de la Sociedad Civil. Así mismo, la ecología integral y el cuidado de la Casa Común siguen siendo desafíos para nuestro caminar.
Queremos abrirnos al Espíritu y discernir la pertinencia misional, la calidad de nuestra respuesta en obras y presencias, y el modo cómo nos organizamos y articulamos, considerando las redes como medios. Reconocemos como herramienta clave la planificación apostólica en los distintos niveles (centros/obras; provincias; conferencia) asumiéndola como un ejercicio espiritual de elección para transformar, mantener o renovar.
Hemos podido compartir e identificar la importancia de fortalecer la identidad ignaciana de nuestras obras y centros sociales, así como el gran desafío que supone contar en ellas con jesuitas, laicas y laicos formados y comprometidos con la justicia que implica la fe en Jesucristo, y cuidar también su sostenibilidad financiera.
Agradecemos a la Provincia Colombiana de la Compañía de Jesús, al IMCA y a todo su equipo, que nos han hecho sentir la hospitalidad cristiana. Agradecemos a Dios el espacio y el tiempo para poder encontrarnos y compartir fraternalmente nuestros pareceres sobre la función de los delegados sociales y las realidades sociales en nuestra América Latina y el Caribe. Pedimos al Señor de la Historia que bendiga nuestras provincias y a las personas que acompañamos.
(Con información de la CPAL)