En una entrevista concedida a Pedro Chia SJ, director de la Oficina de Comunicación de la Provincia jesuita de China, en el Palacio Apostólico del Vaticano, el Papa Francisco ofreció una mirada a su vida cotidiana, los desafíos de su papado, su visión de la Compañía de Jesús y el futuro de la Iglesia.

Una parte de la conversación se centró en las cuatro Preferencias Apostólicas Universales que confió a la Compañía de Jesús hace cinco años. El Papa Francisco, con su profundo estilo, reiteró que las PAU están interrelacionadas y no deben separarse. Por lo tanto, deben encarnarse colectivamente.

El Papa Francisco también respondió a una pregunta sobre los Ejercicios Espirituales, señalando que le ayudan -«a veces una cosa más que otra»- dependiendo de las circunstancias. Sin embargo, subrayó que a menudo busca acompañamiento, «escuchar primero, antes de decidir», para no equivocarse. En su oración personal, dice que suele pedir la «gracia de ser perdonado».

Naturalmente, algunas de las preguntas tocaron el tema de la Iglesia en China, y el Papa Francisco no ocultó su deseo de visitar el país asiático, en particular el Santuario de Sheshan, en el distrito de Songjiang, dedicado a la Santísima Virgen María, Auxilio de los Cristianos. El Papa dijo que le gustaría reunirse con los obispos y el pueblo de Dios en China que «han pasado por tanto y han permanecido fieles». Dirigió un mensaje de esperanza a los jóvenes de China, recordándoles que la esperanza es «una cosa muy hermosa».

Respondiendo a una pregunta sobre los retos a los que se ha enfrentado durante su papado, el Papa Francisco reconoció que ha intentado resolverlos a través del diálogo, la paciencia y el buen sentido del humor, algo por lo que ha rezado a diario durante más de 40 años, inspirándose en la oración de Santo Tomás Moro. Citó la pandemia de Covid-19, la guerra en Ucrania, Myanmar y Palestina, como algunos de estos desafíos.

En un tono más personal, el Papa Francisco compartió que gestiona su apretada agenda viviendo guiado por una rutina bien organizada, y gracias al apoyo de quienes le rodean. También subrayó la importancia de delegar, destacando el papel del trabajo en equipo en la gestión de las inmensas responsabilidades del papado.

Cuando se le preguntó qué consejo tenía para quien fuera su sucesor, el Papa Francisco subrayó la importancia de la oración porque «el Señor habla en la oración».

Mirando hacia el futuro, el Papa Francisco compartió sus sueños para la Iglesia, que según algunos será «una Iglesia más pequeña y reducida».

(Con información de Jesuits Global)