Un común denominador en las palabras de los tres Provinciales es la percepción que tienen de la identificación del Papa Francisco con los pobres y de su intención de orientar su pontificado hacia ellos. Coinciden los tres en que su propuesta será transmitir esa actitud a toda la Iglesia, que sea sencilla y lejos de la ostentación y el derroche.
Para Alejandro Tilve, Provincial de la Compañía de Jesús en Argentina y Uruguay, el nombre Francisco tiene una finalidad singular y diferente de todas las que se han nombrado estos días: «Trascender las fronteras de cualquier congregación religiosa y ser universal». Recuerda que Bergoglio es un «hombre de Iglesia inclinado hacia las necesidades de los demás, austero, dedicado y de gobierno». Francisco de Roux, Provincial de Colombia, por su parte, habló de la reacción de la Compañía de Jesús ante la elección de Francisco, «recibimos con discreción el nombramiento, sin actitud de triunfo. Nos pondremos al servicio de este Papa, como con cualquier otro». Para De Roux, el que el Papa sea jesuita determina algunos rasgos en común con todos los demás en la orden «no se busca prestigio, fama, ni poder, sino la sencillez, como Jesucristo. En su estilo, el papa es un fiel jesuita».
El Padre Provincial del Perú, Miguel Cruzado, señala que la elección del nombre Francisco implica una perspectiva con cuatro dimensiones: «Primero, tiene los pies descalzos; segundo, el evangelio, Francisco no quería muchas normas en su orden, quería que la orden sea el evangelio; tercero, la misión de Francisco fue reconstruir una iglesia en ruinas, y este nombre evoca a alguien que reconstruye los muros golpeados de la iglesia; cuarto, es una tradición de amor a la vida, a la naturaleza, es una mirada positiva a la creación».
(Jesuitas por el Mundo)