Es ya tradición en la Curia invitar a los nuevos Provinciales a que se familiaricen con el funcionamiento interno de la Compañía y conozcan a algunos de los miembros de la Curia General con los que van a tener contacto en el ejercicio de su cargo. Evidentemente, como tantas reuniones internacionales de hoy en día, los coloquios del 2021 se realizaron de manera virtual.

Para este curso se convocaron dos grupos: del 15 al 19 de marzo en inglés; del 21 al 25 de marzo en español. Cada grupo estuvo compuesto por unos diez nuevos provinciales. Para algunas sesiones, se invitó a participar a algún otro responsable de las Provincias.

Al inicio de cada coloquio, el Padre Arturo Sosa intervino como Superior General, describiendo el espíritu que debe animar estos encuentros. Recordó la recomendación de San Ignacio sobre los modos de orar y orientar la oración: «…antes de entrar en la oración repose un poco el espíritu, asentándose o paseándose, como mejor le parescerá, considerando a dónde voy y a qué«.(Ej 239)

El programa contempló varias reuniones, por ejemplo: con el Ecónomo General, sobre el espíritu y la letra de las normas para la administración de los bienes y los informes financieros que se deben enviar a la Curia; con el Secretario de la Compañía y su asistente, sobre todo lo relacionado con la correspondencia con el Padre General; con el Procurador de la Compañía sobre cuestiones de derecho canónico y de derecho específico de la Compañía; con el Asistente para la Formación.

Este año, como seguimiento a la puesta en práctica de las Preferencias Apostólicas Universales y para ayudar a las Provincias en sus objetivos de planificación apostólica, se tuvo una sesión, a cargo de Christina Kheng, consultora de JCAP (Asia-Pacífico), sobre cómo preparar, lanzar y desarrollar un plan apostólico. El objetivo de esta práctica era garantizar que las instituciones se pongan realmente al servicio de la misión de la Compañía. Todo esto se construye sobre premisas espirituales básicas, partiendo del principio de que Dios trabaja activamente y por amor a la creación, pero necesita nuestra colaboración para que su proyecto siga adelante.

Por su parte, el Padre General manifestó a los Provinciales que la Curia es también su casa. Que serán siempre bienvenidos a ella, sea con su presencia física o de otras maneras, y que es esencial que exista comunicación constante entre los provinciales y el equipo de Roma si deseamos una vida saludable para la Compañía. La comunicación, insistió, es un elemento de primer orden para la unión del cuerpo universal de la Compañía de Jesús, como intuye el propio Ignacio desde el inicio de la fundación. La comunicación es clave para que se dé obediencia al Espíritu Santo. La comunicación entre nosotros ha de inspirarse en la comunicación constante entre el Padre, el Hijo y el Espíritu, la Santísima Trinidad. Es ella la que sostiene nuestra consagración personal, nuestra vida comunitaria y nuestra acción apostólica. Consecuente con ello el padre Sosa pidió a los Superiores Provinciales y Regionales que busquen ser buenos comunicadores, que abran y mantengan los mejores canales de comunicación. Se trata de una dimensión prioritaria de la misión a la que se les llama.

(Con información de Jesuits global)