La Asociación Kusi Ayllu, una de las obras de la Compañía de Jesús en Ayacucho, busca desarrollar un proyecto enfocado en fortalecer distintas asociaciones productivas y artesanales de la provincia de Cangallo, para mejorar así la vida de las familias de la comunidad.

A más de dos horas de la ciudad de Ayacucho, en una zona más rural y con ciertos niveles de abandono, Kusi Ayllu lleva a cabo su Programa de Desarrollo Rural, con sede en Pampacangallo. Desde este pequeño pueblo, ubicado a 3 327 m.s.n.m., la organización se encarga de trabajar por la equidad y el desarrollo.

La pobreza y las dificultades alimentarias que se vive en esta zona se relaciona con la distribución del espacio de producción. Las pequeñas parcelas (de menos de una hectárea) y la baja rentabilidad de estas tierras, obligan a los pobladores a desarrollar una actividad agropecuaria orientada al autoconsumo. La monetización de sus productos se ve también limitada por plagas, desastres naturales, pocas vías de transporte y precios bajos en los mercados.

CÓMO AFECTÓ LA PANDEMIA

Tras la pandemia de la COVID-19, la situación económica de las asociaciones se agravó. La disminución del turismo y la demanda por los restaurantes afectó los precios de sus productos agrícolas, con una mayor incidencia de familias en la pobreza.

Tras muchos meses de haber pausado las reuniones y talleres con diversas asociaciones de la zona, Kusi Ayllu se propone hacer frente a las consecuencias de la pandemia a través de iniciativas como la construcción de invernaderos o granjas comunales. Sobre ello, el P. José Antonio Recharte SJ afirma que “la construcción de invernaderos (o granjas comunales) posibilitará la producción de hortalizas orgánicas que reforzarán la alimentación familiar y la venta de los excedentes, mejorando de esta manera la economía familiar.”

Se estima que la construcción de estos invernaderos (o las granjas comunales) podrían beneficiar a 122 familias aproximadamente (cerca de 585 personas), generando un efecto muy positivo para toda la comunidad. Pues, además de potenciar el desarrollo económico de los asociados, el proyecto busca generar una conciencia de colaboración, a través de la formación en el trabajo asociativo.

De esta forma, la suma de esfuerzos permitirá que las familias de Cangallo puedan desarrollar un mejor modelo organizacional productivo que los empodere y les permita hacer frente a los retos del mercado. Impactando positivamente en el desarrollo sostenible de las asociaciones y, sobre todo, de las comunidades locales.

(Con información de Misión Jesuita)