La mañana del lunes 22 de abril, el P. Luis María de Benito SJ partió a la Casa del Padre a los 91 años de edad, 76 años de Compañía, 61 años de su Ordenación Sacerdotal y 57 años de sus Últimos Votos.
Nació el 19 de junio de 1927 en Madrid. Pertenecía a una familia numerosa de once hermanos de la que surgieron otras dos vocaciones a la Compañía: Miguel Ángel, quien murió en 1988, y Felipe, quien actualmente vive en le Enfermería Nuestra Señora de Fátima.
Estudió en el Colegio Nuestra Señora del Recuerdo y, en 1942, con tan solo 15 años de edad, ingresó en el Noviciado de la Provincia de Toledo en Aranjuez (Madrid). En esta misma casa hizo la etapa de Juniorado y continuó los estudios de Filosofía en Chamartín (Madrid) de 1948 a 1950.
Llegó al Perú en 1951 para realizar la etapa de Magisterio. Hizo un primer año en el Colegio San José de Arequipa y dos en el Colegio de la Inmaculada como profesor de inglés en ambos colegios. Acabado el Magisterio, de 1954 a 1957, siguió sus estudios de Teología en la Facultad Granada, ordenándose de sacerdote en Madrid en 1957. Culminó su formación haciendo la Tercera Probación en Cleveland (Estados Unidos) en 1958 y pronunciando sus Últimos Votos en Piura en 1961.
Durante unos años, de 1974 a 1979, estuvo en España para cuidar de su madre y en esos años trabajó en las Escuelas Profesionales de Ciudad Real y Badajoz. A su regreso al Perú, en 1980, es destinado a Chimbote como secretario de Monseñor Luis Bambarén. Además, desarrolla una gran actividad pastoral en la atención a los pueblos de la entonces Prelatura de Chimbote e imparte clases de Teología en el Seminario de Trujillo.
Desde 1984 trabaja en la atención de la Casa Hogar “Santa María de la Alegría” y como consiliario de la Fraternidad Cristiana de Enfermos. De 1990 a 1997 vive en la comunidad de San Pedro, es vicario parroquial y profesor de Teología en la Universidad del Pacífico y UNIFE. Los últimos años los vivió en la Enfermería Nuestra Señora de Fátima.
Tanto las promociones de alumnos de la Inmaculada como los matrimonios o las muchas personas que recibieron su apoyo y acompañamiento espiritual en los diversos lugares donde sirvió como jesuita, le recuerdan como un sacerdote de gran dedicación, certero en el acompañamiento y guardan un enorme agradecimiento por la esmerada atención que les prestó.
Su Misa Funeral se celebró el 23 de abril en la Parroquia Nuestra Señora de Fátima.