El Congreso de celebración del 50 aniversario del Secretariado para la Justicia Social y la Ecología de la Compañía de Jesús concluyó con una misa en la Iglesia del Gesú, presidida por el Padre General Arturo Sosa SJ, y una carta a 57 «mártires» asesinados en los últimos 50 años. Entre los participantes se encontraron el P. Carlos Silva SJ, delegado del Apostolado en el Perú; el Sr. Alfredo Gamio, coordinador de la Red de Centros Sociales Jesuitas – SEPSI; y la Sra. Carmen de los Ríos, directora del Centro Loyola Ayacucho.

“Continuar el camino abierto por Jesús, sin olvidar nunca la oración, y cada vez más sensibles al grito de los crucificados de este mundo”. Es la consigna que el Padre Arturo Sosa confió a los más de doscientos jesuitas y colaboradores y colaboradoras laicas de todo el mundo que participaron en Roma para celebrar el 50º aniversario del Secretariado para la Justicia Social y la Ecología entre el 4 y el 8 de noviembre. “Soñamos con un mundo justo, estructuralmente justo», dijo el Superior General de la Compañía en la homilía de la misa que concluyó el congreso, señalando tres compromisos «urgentes» para el futuro: promover «relaciones económicas, sociales y políticas» más justas, fortalecer en la Iglesia y en la sociedad «la participación igualitaria y adecuada de la mujer en los proyectos y procesos», y erradicar «todo tipo de abusos en la sociedad, en la Iglesia y en nuestras obras apostólicas». El congreso también publicó una carta a uno de los 57 «mártires» asesinados en este medio siglo.

El último día del congreso fue una oportunidad para hacer balance de los cinco «procesos» que surgieron durante las discusiones, tanto en la asamblea como en los diferentes grupos de trabajo, y que ahora necesitan ser profundizados: la conversión personal y comunitaria, la transformación necesaria para la sociedad, la necesidad de una mayor colaboración y un trabajo en red más efectivo, el discernimiento en común y sinodal, y finalmente la importancia de promover una nueva narrativa que incluya a los marginados y apoye el cambio.

La misa se celebró en la Iglesia del Gesú, en Roma, en la que están enterrados San Ignacio de Loyola, fundador de la Orden, y del propio P. Pedro Arrupe, y se conservan reliquias de otros eminentes jesuitas como San Francisco Javier, que «han dado su vida en el servicio de la fe, la promoción de la justicia, el diálogo intercultural e interreligioso -destacó el jesuita venezolano- buscando siempre contribuir a la reconciliación de todas las cosas en Cristo».

«Soñamos con un mundo justo, estructuralmente justo, en el que todos los seres humanos encuentren las condiciones para una vida digna y segura, en el que la variedad cultural sea una expresión del rostro multiforme de Dios, reflejado en todas las facetas de su creación», dijo el Padre Sosa.

(Con información del Secretariado para la Justicia Social y Ecología)