La Catedral de Málaga acogió el sábado 20 de octubre la beatificación del P. Tiburcio Arnaiz Muñoz, jesuita fallecido en 1926 y considerado el Apóstol de Málaga. La causa de beatificación, impulsada por la Asociación de Misioneras de las Doctrinas Rurales, fundadas por el beato, tuvo su celebración principal en el rito de beatificación, del cual participaron más de 8, 500 personas, a pesar de la alerta de la Agencia Estatal de Meteorología (AEMET) por lluvias que se produjeron durante la ceremonia.
La Eucaristía fue presidida por Giovanni Angelo Becciu, Cardenal Prefecto de la Congregación de las Causas de los Santos. Junto a él, concelebraron más de cien sacerdotes, entre los que se encontraban el Nuncio Apostólico en España, P. Renzo Fratini; el Provincial de España, P. Antonio España SJ; el P. Pascual Cebollada SJ, Postulador General de la Compañía de Jesús; el P. Vicente Luque SJ, Vicepostulador de la Causa y Postulador durante la fase diocesana; el P. Fernando Motas SJ, Superior de la comunidad jesuita del Sagrado Corazón de Málaga; y el P. Elías Royón SJ, Vicario Episcopal para la Vida Consagrada de la Arquidiócesis de Madrid.
En su homilía, el Cardenal Becciu destacó: “¿Cuál es el mensaje que el Beato Tiburcio Arnaiz Muñoz ofrece a la Iglesia y a la sociedad de hoy? Él representa para todos nosotros, singularmente para los sacerdotes y las personas consagradas, el ejemplo del hombre que no se conforma con lo ya conquistado sino que, siendo dócil a las exigencias del espíritu, se propone entregarse a Dios con mayor radicalidad. De aquí nace su decisión de ingresar en la Compañía de Jesús tras doce años de ministerio diocesano. Él respondió al amor de Dios a través de una creciente entrega en el ministerio y en el amor por los últimos, los descartados.”
El acompañamiento musical de tan solemne acto ha sido dirigido por José Luis López Antón y ha contado con la participación del organista primero de la SICB de La Encarnación de Málaga, Adalberto Martínez Solaesa, y el Coro Pro Beatificación del Padre Arnáiz, dirigido por Juan Manuel Montiel y con más de 140 voces de, entre otros grupos, la Escolanía de San Estanislao de Kostka y la Coral Manuel Terry, de antiguos alumnos del Colegio San Estanislao de Kostka, de la Compañía de Jesús en Málaga.