La comunidad jesuita universitaria en Beirut (Líbano) sufrió daños materiales, pero ningún jesuita fue afectado de gravedad, a pesar de la cercanía de la casa con el epicentro de la explosión que se produjo el martes 4 de agosto en dependencias portuarias, causada por un supuesto depósito de nitrato de amonio de casi 2.750 toneladas, almacenado ilegalmente.

Una fuente de confianza nos hizo llegar la traducción del reporte de un miembro de la comunidad: “Hola a todos. Gracias por su interés y sus oraciones. Estamos todos bien en Beirut. Algunos rasguños menores. Nada serio. Sin embargo, los daños más importantes los sufrimos en nuestras dos residencias, edificios universitarios y escuelas. Serán evaluados en los próximos días. La primera tarea es limpiar todas las ventanas y puertas rotas, hacer los edificios seguros de un eventual pillaje y de la toma de inventario. La ciudad está en un estado terrible. Nunca he sido testigo de una explosión como esta.”

La cuenta oficial de la Compañía de Jesús universal en Twitter también comunicó lo siguiente:

«Después de un silencio tenso, hemos podido conectarnos con nuestra comunidad jesuita en Beirut. La comunidad estaba parcialmente protegida por los edificios circundantes, pero la devastación de la ciudad y su gente es desgarradora. Nos estamos movilizando para hacer lo que podamos por la gente de Beirut».

Informe del P. Víctor Assouad, SJ

El P. Víctor Assouad SJ, Asistente Regional de Europa Occidental y perteneciente a la Provincia de Próximo Oriente (Provincia a la cual pertenece la comunidad jesuita de Beirut), ofreció posteriormente un reporte más completo de la situación que se vive hoy en la ciudad:

«La vista de la ciudad es apocalíptica. Más de 100 personas ya han muerto y miles han resultado heridas. Los silos de granos en el puerto han sido completamente destruidos, privando al país de sus últimos recursos alimenticios.

Este desastre se produce en un momento en que Líbano ha estado en un estado de colapso total desde principios de 2020. El país está experimentando una crisis económica sin precedentes, acompañada de una crisis política y social y una crisis de salud vinculada al Coronavirus. La moneda nacional ha perdido casi el 80% de su valor en seis meses. Más del 50% de la población libanesa vive actualmente por debajo del umbral de pobreza. Además, existe el temor de un desastre ecológico y para la salud debido a la liberación de gases tóxicos.

La Provincia Jesuita de Próximo Oriente y Magreb

El Líbano integra la Provincia jesuita de Próximo Oriente y Magreb, junto con Argelia, Egipto, Irak, Jordania, Marruecos, Siria, Tierra Santa y Turquía. La Compañía allí dirige obras educativas -desde educación inicial hasta universitaria-, dirige un centro de espiritualidad y Casa de Ejercicios Espirituales. Además de acompañamiento espiritual y a comunidades CVX, el Servicio Jesuita a Migrantes asiste a trabajadores migrantes. En Beirut también la Compañía tiene una casa editorial que ofrece publicaciones en idioma árabe.

La Universidad St. Joseph’s de esta capital –situada a tan sólo 2000 mts del epicentro de la explosión- es donde el recordado P. Kolvenbach SJ residiera antes y después de sus años como Superior General.

Más imágenes de la casa jesuita tras la explosión: